Vista dos veces en mi vida, la primera de ellas, cuando tendría unos doce o trece años, pensé esto de ella:

"Simpática comedia de la factoría Walt Disney, dignamente realizada y con algunos buenos momentos de humor.
Morse, un actor que parecía llegaría alto, no terminó de cuajar, pero por estas fechas resultaba muy adecuado para este tipo de papeles.
Bonita fotografía".

Vista ahora (9-2-24) de nuevo, mi opinión ha variado considerablemente:

"Película de la factoría Disney, de aquellas que en mi niñez y adolescencia veía en numerosas ocasiones y que prácticamente siempre me resultaban agradables.

En esta ocasión ocurre lo mismo, pero considero que tiene un metraje algo más largo de lo considerable, puesto que, aunque comienza con chispa y dinamismo, luego todo se vuelve repetitivo y la trama se centra demasiado en los tres ladrones de joyas. Tres personajes simpáticos, representados por tres cómicos de altura, como Phil Silvers, Norman Fell y Mickey Shaughnessy, pero que a la larga acaban por resultar algo cansinos (sus personajes, no ellos).

Algún diálogo chistoso y poco más, como no sea la lozana belleza de las chicas que salen en la peli".

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