Bastante flojo western, muy rutinariamente dirigido por George Sherman, ilustre artesano destajista del viejo Hollywood que tiene, no obstante, alguna peli destacable.
Esta no lo es, olvidándose en cuanto finaliza, tal es su falta de personalidad en todos los sentidos.
Es convencional, insulsa y algo tediosa incluso y lo único bueno, por así decir, es su corta duración, algo menos de ochenta minutos.
Se ve como quien oye llover, no tiendo ni una sola escena que pueda recordarse pasados unos minutos tras la proyección.
Tan sólo se salva la fotografía, que destaca los preciosos paisajes de los frondosos bosques de Simi Valley, California, EE.UU.
Se trata de una adaptación, pero que muy libre, de "El último mohicano", inmortal novela de James Fenimore Cooper que, por supuesto, tiene muchas mejores adaptaciones a la gran pantalla.
Un poquito menos que pasable.

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