Entretenida película bélica, rodada mientras estaba teniendo lugar la II Guerra Mundial, esta vez en pugna contra los japoneses.

Un film que si es de propaganda, como solía ser habitual, aunque quizás más dos o tres años antes, en esta ocasión no se nota demasiado (algo sí, sobre todo por la preparación de marines para entrar en combate). Pero, en este sentido, no atufa como otras.

Se centra en dos historias propiamente dichas, la primera la puramente bélica, con las luchas contra los japoneses por tierra, mar y aire. Y la segunda, romántica, con la bonita historia de amor entre el personaje de Ryan y el de Hussey.
Las dos están bien, aunque, mira por dónde, yo prefiero la de amor. Es más tierna, romanticismo puro y en alguna ocasión un tanto sentimental, pero que no llega a ser empalagoso por su sentido del humor, que no es que haga reír, pero sí que tiene su coña, como cuando ella, viéndole a él vestido de marine, a punto de partir al frente, le dice ante la pregunta de él que cómo está vestido:

"- Estás precioso.
- ¿Precioso? Un marine no puede estar precioso.
- Tú sí".

Momentos graciosos también, con el dúo Barton McLane y, sobre todo Frank McHugh, cocinero del batallón, siempre dispuesto a echar más pimienta de la necesaria a cualquier plato.

Está bien, aunque realmente no tiene nada de especial.

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