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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
8
Drama. Western Joe Thunderhorse, un indio sioux que se convirtió en la estrella de un espectáculo del salvaje oeste, regresa a casa en la reserva después de años y descubre que su padre está muriendo y que funcionarios corruptos blancos abusan de su gente. (FILMAFFINITY)
16 de febrero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya descubrimiento me acaban de presentar con esta cinta norteamericana, de 1934, que no se corta un pelo en denunciar las infames condiciones de vida a las que estaban sometidos los indígenas, en las nauseabundas reservas que el " generoso" gobierno había dispuesto para ellos y el ominoso abandono al que sumieron a una parte de su población, los cuales, como si de bolsas de basura se tratasen, fueron convenientemente apilados en alejados vertederos, donde su hedor no pudiera molestar a la respetable civilización mientras, al mismo tiempo, los escasos recursos de que disponían eran vorazmente esquilmados por las corruptelas de los agentes carceleros encargados de su custodia.

Indudablemente, esta cinta pertenece todavía a la categoría precódigo, ya que no cabe duda de que se libró por los pelos de la censura que, ese mismo año, entraría en vigor, pero, aun así, no esperaba yo que alguien estuviera dispuesto a invertir dinero en producir una película que, por narices, tenía que irritar profundamente las conciencias de su bienpensante y orgullosa población tan llena de amor hacia sí misma y tan convencida de su supremacía moral y racial que enarbolaba ante el mundo entero los estandartes de su famosa Carta Magna y la estatua de la Libertad.
Así que, muy, muy adelantada a su época, la acción transcurre en la fecha de su realización, los años 30 del siglo XX.
Barthelmess es un indio que ha tenido la suerte de haber sido escolarizado y que ahora puede ganarse la vida pues ya está " integrado" en el mundo blanco. Su trabajo consiste en hacer cabriolas encima de su caballo convenientemente adornado con sus plumas, para deleite de un público extasiado y alguna que otra jovencita atrevida que se atreve a suspirar por obtener de él algo más que un autógrafo.
Le comunicarán que su padre se encuentra moribundo, por lo que obtendrá un par de semanas de permiso para visitarlo en la reserva donde vive.
Cuando llegue allí se topará con una realidad insospechada. Sus compatriotas viven en la miseria, sin asistencia médica, sin servicios adecuados y con sus patrimonios diezmados, aplastados bajo el yugo de los agentes federales corruptos encargados de su " custodia" que se reparten alegremente las comisiones de los fondos que el gobierno les ha designado.

En realidad, nada nuevo bajo el sol. El gobierno designa un presupuesto para una causa y podemos darnos con un canto en los dientes si el diez por ciento consigue llegar a su destino. Ahora eso sí. El gobierno proclamará a los cuatros vientos con voz sonora el generoso y astronómico presupuesto que afirma conceder y que, en realidad, nadie de abajo llega a percibir.
Pero es que, además, es insultante el omnímodo poder de que disponían estos tiranozuelos con respecto a sus custodios que se veían privados de los más elementales derechos y que obligarán a Barthelmess a tomar la justicia por su mano.

No voy a decir que esta cinta destaque precisamente por sus virtudes fílmicas o artísticas, aunque tiene algunas escenas buenas, su ritmo es muy precipitado para lo que a mí me gustaría en una película de denuncia como ésta. Y tampoco es que las actuaciones sean lo más relevante precisamente.
Pero su valor social, su valentía dada la fecha en la que fue rodada y su notable guion que, en realidad, no desperdicia ningún fotograma, unido a sus muchos diálogos que no tienen precio, incluso los más anodinos si la escuchan bien, me hacen lamentar que esta película no sea más conocida, dado su carácter reivindicativo.
Notable, sí señor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Izeta
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