Un entretenido western cuya acción se sitúa en los meses previos al estallido de la Guerra de la Secesión, es en su extraño argumento donde a mí me ha atrapado generando mi interés por lo insólito de su propuesta.
Los Estados andan revueltos en la víspera de la guerra tomando posiciones y cambiando de chaqueta en medio de una gran inestabilidad. El ejército de la Unión quiere anexionarse Kansas pero pequeños comandos actúan por su cuenta con la misma intención, empleando métodos terroristas.
Chandler es un granjero, miembro de un antiguo comando que se ha fugado de prisión. Regresa a su antiguo hogar pero se encuentra con que sus tierras han sido confiscadas y vendidas a su nueva dueña, una viuda con dos hijos. Por otra parte, se entera de que su mujer ha fallecido después de haber sido abandonada por su amante Luke Darcy, líder de un comando.
El gobierno de la Unión volverá a capturarle pero le ofrecerá un trato. Su libertad a cambio de infiltrarse en las filas de Darcy y capturarlo. Esto le va que ni pintado a Chandler porque así puede vengarse del amante de su esposa.
Esta historia ya se sale por completo de lo que sería un tema típico del western, al convertirse más en una película de operación de infiltración en una célula terrorista y, aunque siga teniendo elementos propios de aquél, no es lo más significativo ni lo más interesante.
Como western, yo no le encuentro mucho atractivo. Las escenas son bastante rutinarias e incluso reiteradas. El guion tiene su punto pero también resulta un poco desigual y con lagunas. Sin embargo, la relación tan insólita que establecerá Chandler con Darcy, es lo que hace que esta cinta se siga con bastante interés y para contarlo me voy al spoiler.