Los que vieron "La invención de Hugo Cabret" (Martin Scorsese, 2011) se darán cuenta que Scorsese se ha basado mucho en este documental. No obstante el film de Marty no busca tanto el entender o explicar al mago, sino que propone el revivir sus mejores momentos.

El documental es muy detallista, se denota un trabajo de investigación realmente cuidado, y hay un gran ingenio en las recreaciones de los trucos que hacía Méliès. Explica muy bien éstos últimos, y nos regala una imagen muy fidedigna del hombre detrás del truco.

No obstante no logra captar lo esencial: la magia. Le cuesta encontrar eso que le sobra a su "homóloga" cinta de ficción, la atmósfera que tan bien recrea Scorsese no aparece en esta cinta cuya condición de documental parece ser la excusa para justificar cierta frialdad -pese a la fascinación con la que hablan algunos de los entrevistados, entre ellos, la nieta del mago-. Pese a que, incluso, está narrada por un falso Méliès.

Se pasa de metraje, tiene tanto para contar que le cuesta concentrarlo y supera fácilmente las dos horas. Más allá de lo prolífico que haya sido el francés, no se justifica el exceso de metraje para contar su historia. Y dicho sea de paso, además de mostrar la genialidad en el trabajo de Méliès, inconscientemente se deja entrever un egocentrismo al mostrar y remarcar como el creador del "primer viaje a la luna" insistía en dirigir, escribir, producir, protagonizar y hasta presentar sus trabajos.

Lo mejor: aporta una información más que valiosa y abarcativa (mucho más que el film de Scorsese).
Lo peor: se olvida de rescatar la magia, lo que justamente da título al film.