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Voto de Chris Jiménez:
5
Comedia La honorable jueza Viola Orlando es el blanco de sus rivales, quienes contratan a su hermana gemela, una prostituta de clase alta llamada Rosa, para personificar a Viola y demoler su reputación. Mientras, Viola se debate entre la aplicación de la ley o renunciar a su estrado para casarse con su novio de la infancia. (FILMAFFINITY)
18 de octubre de 2017
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Cuando se suele hablar de Lucio Fulci inevitablemente uno sólo recuerda sus "giallos" o sus incursiones en el terror, cuando, curiosamente, esto último sólo lo practicó a partir de que dirigiera "New York bajo el Terror de los Zombies" en 1.979. Es decir, en la última etapa de su carrera.

Pero este hombre, que ya llevaba casi veinte años siendo director de cine, siempre tocaba todos los géneros posibles adaptándose a lo que las modas demandaban, y a finales de los '60 y '70 lo que ya pegaba bien fuerte, sobre todo por tierras italianas, era la comedia del destape, y Fulci pareció moverse como pez en el agua en ella.
Así se le ve tan habilidoso para armar el lío que arma en "La Juez y su Erótica Hermana", un humorístico enredo muy subido de tono que reflejaba totalmente en qué momento se encontraba la comedia y la de cosas tan liberales que se podían hacer en ella. El asunto concierne a una juez la mar de estricta y con una moralidad de hierro, Viola Orlando, que tiene que cargar siempre con las fatalidades de su atrevida, desconsiderada, ardiente y tonta hasta decir basta hermana gemela Rosa. Pero un joven con muchísima cara dura condenado a prisión por estafa se aprovechará de la situación para dejar fuera de juego a la inflexible juez.

Como se puede ver, y sin muchas más pretensiones más que hacer pasar un rato divertido, el director, cual Mariano Ozores, dirige este producto que no pasa de una comedia de enredo, con sus diálogos descacharrantes de doble sentido, sus personajes sacados de un tebeo y sus escenas que pretenden alegrar al personal, gracias a la presencia de aquella despampanante Edwige Fenech, una de las "sex symbols" italianas más sensuales de la época (atentos a la escena de la piscina).
Giancarlo Dettori, Gianni Agus y el detestable pero muy gracioso Raf Luca acompañan a la señorita y de paso protagonizan algunas escenitas de cuidado con ella. En un cameo hasta aparece el propio director haciendo del empleado de la gasolinera que se queda con ese reloj falso (hilarante momento, por cierto).

De entrada parece no aguantar un visionado completo, pero al final te acabas riendo con la película, que es el objetivo. Por otra parte también es muy difícil dejar de fantasear con las curvas de la irresistible Fenech.
Chris Jiménez
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