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Voto de Sersolo:
9
Drama Rusia, siglo XVI. Segunda parte: Iván el Terrible vuelve a Moscú, donde los boyardos (nobles terratenientes rusos) siguen conspirando contra él y consiguen incluso el apoyo de la tía del Zar, que quiere ver a su hijo (un incapacitado mental) sentado en el trono y convertido en cabeza de la Iglesia rusa, la cual, mientras tanto, acusa a Iván de herejía. Pero el Zar se adelanta al complot urdido contra él y elimina a sus enemigos con ... [+]
22 de enero de 2008
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
La segunda entrega de "Iván el terrible" mejoró sensiblemente lo mostrado en la primera parte. En "La conjura de los Boyardos" Einsestein nos cuenta la confabulación de los Boyardos en su intento de asesinar al todopoderoso Zar Iván.

En esta entrega el Zar se vuelve un ser mezquino, despreciable y totalitario. Iván deja de ser el Zar del pueblo para convertirse en el dictador del estado dominado por su propia policía. Iván se lleva por delante a todo aquel que se atreva a plantarle cara, y cuando descubre los complots organizados contra su persona no duda en asesinar a los implicados.

"La conjura de los Boyardos" es una clara crítica al Despotismo vivido en Rusia, así que Stalin la censuró y no se pudo estrenar hasta 1958, cuando el propio Stalin, y el mismo Einsestein, estaban criando malvas.

En la segunda entrega Einsestein sorprende con el uso del color. Dato, que a mí, por lo menos me dejó anonadado cuando lo vi. Me pareció una idea brillante la aparición del color en las escenas en las que se usa.

Nikolai Cherkassov continúa interpretando a Ivan a la perfección. También destaca la música y los decorados y vestuarios. Es una verdadera lástima que Einsestein no pudiera terminar de rodar la tercera entrega y que lo rodado haya sido extraviado. En fin, Einsestein nos dejó para la eternidad un gran pedazo de la Historia del Cine.
Sersolo
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