Iba con mucha ilusión dispuesto a pasar mi Noche Vieja en Formentera. El ferry de Balearia me tenía que transportar de Palma a Ibiza y luego enlazar otro con Formentera. Quería comenzar el año con fuerza e ilusión, a respirar aire puro en una isla que en invierno está casi deshabitada.

Me subo en el ferry. ¡Qué bien, van a poner una peli! “Pequeño pero matón”, ¡¡Noooooo!! ¡Qué remedio! Pues a ver esta gran obra maestra de la comedia inteligente. Y yo que quería empezar el año de buena manera, va Balearia y me pone una peli de un ladrón enano y agresivo que se hace pasar por un bebé para robar un diamante. No me reí ni una sola vez. Hubo pasajeros que saltaron por la borda para evitar cualquier contagio de idiotez que le película les pudiera transferir. Jamás hubiera visto el film de no ser porque me lo pusieron en el barco.

Esta fue mi primera película destroza vacaciones. No fue la última, el trayecto de vuelta me deparaba otra sorpresa.