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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Musical En 1876, en Philadelphia, dos hermanas compiten por el amor de un hombre francés que ha venido a la ciudad para preparar el pabellón francés de la Exposición del Centenario. (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2021
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El centenario de la independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, celebrado en Philadelphia en el año 1876, fue la fecha que sirvió al compositor, Jerome Kern y a sus letristas, para ambientar la historia de la que sería su última obra, “Centennial summer”, la cual se encargó al director, Otto Preminger, para su adaptación cinematográfica. El resultado es un semi-musical que ejemplariza a la familia ideal norteamericana, donde las cosas, en principio, no lucen perfectas, pues, no faltan los tropiezos y las vicisitudes que impone la vida, pero, lo plausible será la manera adulta y responsable como padres e hijas enfrentarán estas dificultades.

Ese aire narrativo nos remite inevitablemente a Frank Capra, pero, Preminger, hace las cosas a su manera y de nuevo demuestra que tiene talento para desenvolverse con tino en los más variados géneros. El guion, escrito por Michael Kanin, basado en la novela, "Centennial Summer" (1943), de Albert E. Idell, reboza de romanticismo, picardía, amistad, solidaridad, lazos filiales de fuerte raigambre… y al final se sale sintiendo que la vida podría ser maravillosa si nos propusiéramos pensar en los demás antes de tomar nuestras decisiones.

Claro que también hay lugar para los celos, la intolerancia, la frustración y las actitudes erróneas, pero todo esto sirve para que, luego, cada quien extraiga de sí lo que permite preservar unida a la familia, al tiempo que consigue preservarse íntegro. En fin que, la película es una encantadora y divertida lección de relaciones familiares; tiene unos diálogos muy ágiles, espontáneos y edificantes, y el montaje es bastante dinámico como para que no haya lugar a un solo punto inerte.

Las canciones fueron compuestas para complementar con precisión la historia y en su referencia a la patria (por lo del centenario), al amor y a la alegría, resultan, en general, bastante agradables, aunque necesario es resaltar, “Cinderella Sue”, en la que, acompañado por varios niños, el afroamericano, Avon Long, consigue una linda interpretación en una muy cálida coreografía.

En lo relativo a las actuaciones, resulta difícil definir cual personaje resulta más encantador: Jeanne Crain, muy agraciada como Julia Rogers, la joven que se ve abocada a competir con su irresistible hermana Edith (Linda Darnell), pues ambas se sienten atraídas por Philippe Lascalles (Cornel Wilde), el decorador francés que ha venido a ocuparse del pabellón francés; Walter Brennan, de nuevo la suerte de padre ejemplar; Dorothy Gish (la hermana de la celebrada Lillian) es la celosilla esposa; y Constance Bennett, como la tía Zenia, es la simpatiquísima viuda que viene a celebrar el aniversario con la familia de su hermana, y de paso, abrirá el camino para que, algunas cosas, salgan adelante.

Se siente complacencia al presenciar la vida que lleva aquella familia que, sin tenerlo todo a la mano, es capaz de trascender con sensatez y la más alta disposición, cada escollo que se presenta en su camino… y es entonces cuando se puede comprender que, es dentro del hogar, donde definitivamente se gestan los grandes valores que determinan a los seres humanos.

Y ¿si estaremos haciendo lo suficiente para que haya fluidez y armonía en nuestra familia?

Título para Latinoamérica: UNA VIUDITA DE PARÍS
Luis Guillermo Cardona
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