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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Western La boda, en Louisiana, entre la coqueta Phoebe Ann Naylor (Rosemary Forsyth) y el duque español Andrea Baldasar, es interrumpida por la caballería y el duque, acusado de matar a un soldado, tendrá que emprender la huida. Asociado, luego, con el pistolero Sam Hollis (Dean Martin) y con Kronk (Joey Bishop), un indio Karankawa, Baldasar procurará resarcir su honor, y de paso, definir entre su amor por su antigua novia o por la bella india ... [+]
17 de diciembre de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres personajes bastante dispares: El pistolero gringo Sam Hollis, el duque español Andrea Baldasar y un indio karankawa llamado Kronk, terminarán haciendo equipo en Shreveport, (un pueblo situado entre Louisiana y Texas a lo largo del río Rojo), luego de que el compromiso matrimonial del particular duque con la sensual, Phoebe Ann Naylor, se interrumpa tras una gresca bastante peculiar, y él, acusado de matar a un soldado del ejército, tenga que huir. Lo que se aviene, desde entonces, es una comedia donde el wild wild west comienza a ser cosa del pasado, pues, aquí, la interrelación entre las más diversas culturas no se consigue a empellones… bueno, ¡quizás con alguna palmadita!, y ciertas diferencias tampoco se dirimen a balazos, pudiendo sentir -ellos y nosotros- que un cierto aroma a civilización comienza a respirarse por fin en el ambiente.

No por nada, “TEXAS” es un western realizado en 1966, cuando ya el género entraba en su más marcado declive… y bajo la batuta de Michael Gordon, uno de esos directores para quienes el respeto por la diferencia era sagrado, lo que vemos es una suerte de oeste luminoso donde, hasta el hombre blanco y noble, puede enamorarse de la india, sin que nadie ponga reparo en ello.

Sin duda, a la historia de Wells Root, Harold Greene y Ben Starr, le falta cierta solidez, pues, algunas anécdotas resultan bastante livianas, pero, en general, se la pasa muy gratamente con un cuento que logra arrancarnos unas buenas sonrisas y donde, cada personaje, tiene un particular encanto que nos reconcilia con la vida. Gordon se empeña en ofrecernos una grata lección de convivencia y, de hecho, sale uno bastante oxigenado con una historia tan benevolente y edificante.

La historia transcurre casi todo el tiempo en exteriores, en una ambientación que refleja el amplio espacio que existe para todos, y de paso, se exalta a la tierra, ese especial paraíso al que tantos se empeñan en convertir en un infierno. En esta ocasión, y como pocas veces ocurriese en el cine realizado hasta entonces, los indios resultan bastante simpáticos y se agradece que Gordon insista en romper con el mito de que los indios Karankawa eran caníbales, idea que difundieron los invasores europeos desde tiempos muy atrás, para poder justificar su saqueo, su aniquilamiento y el tráfico de esclavos. En el libro de Robert A. Ricklis, "Los indios Karankawa de Texas", se puede profundizar sobre esto y sobre su difícil historia.

Dean Martin, Alain Delon, y especialmente, Joey Bishop (el popular comediante del show televisivo), resultan muy simpáticos en esta defensa del honor, la cual se convierte, especialmente, en una búsqueda de reparación social de tantos y tantos males que ha causado la discriminación y la prepotencia. Junto a ellos, Rosemary Forsyth y Tina Marquand (Aumont), serán la blanca y la india que demostrarán el carácter y la sensualidad que también poseían las mejores mujeres de la época.

Como, quizás, diría Kronk:

Atchata (Adiós) y que ustedes tener unas buenas kaitas (risas).

Título para Latinoamérica: “TEXAS DE MIS AMORES”
Luis Guillermo Cardona
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