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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Western El inmigrante sueco, Sven Hansen, es asesinado por negarse a vender su granja al gamonal Ed McNeil (Sebastian Cabot), un ser ambicioso dispuesto a apoderarse de esta y demás tierras aledañas... porque ha descubierto que tienen petróleo. Los granjeros se sienten intimidados e incapaces de enfrentar al temible asesino,Johnny Crale (Nedrick Young), quien sirve a McNeil, pero entonces llegará el hijo de Hansen, Georg (Sterling Hayden), un ... [+]
23 de abril de 2015
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El poder obtenido mediante componendas y trapacerías suele revestirse de esa singular prepotencia que hace que, “el poderoso”, se crea invencible. En su obnubilado sentir, este tipo de individuo mantiene una profunda subestimación por el resto de sus congéneres y está convencido de que, siendo él el más fuerte, nadie se atreverá a enfrentársele… o si se le enfrenta, lo aplastará como a una hormiga. Pero lo que olvida “el poderoso”, es que sus actos lesivos indefectiblemente van generando una lenta pero muy segura corriente de resistencia, y que, cada individuo que se suma a esta causa, significa un grado menos de su poderío, hasta que el universo procura ese feliz momento en el que, el poder de la resistencia será tal que superará al que detenta “el poderoso”, y como una colonia de hormigas se las cobrarán vivo… o lo dejarán bien muerto.

“TERROR EN UNA CIUDAD DE TEXAS”, fue el último filme del notable director, Joseph H. Lewis, partiendo de otro magnífico guión de Dalton Trumbo, quien, sancionado por el infame macarthismo, tuvo que darlo a Ben L. Perry para que lo presentara como suyo. Se trata en él de un inmigrante sueco, Sven Hansen, quien tiene una granja en Texas que viene siendo apetecida por el mandamás, Ed McNeil, quien espera que él y los granjeros aledaños le vendan... o los sacará de allí a como dé lugar. Enterado por su leal empleado mexicano, José Mirada, de que la tierra tiene petróleo, Hansen se opondrá vigorosamente al despojo, pero será víctima de la prepotencia del “poderoso”. Es entonces que llega su hijo Georg -un veterano marino que ha recorrido el mundo armado siempre de un arpón- y ante un pueblo de gente intimidada por el despiadado Johnny Crale, bandido al servicio de McNeil, tendrá que vérselas prácticamente solo para esclarecer el asesinato de su padre.

Con esa capacidad narrativa que le hizo idóneo para convertir películas de bajo presupuesto en verdaderas obras de arte, Lewis construye un western de gran efectividad en la composición de escenas, con una iluminación siempre precisa y unos encuadres inmejorables. De paso, su dirección de actores es del más alto compromiso, logrando de todo el conjunto, incluidos los niños y extras, una respuesta sin tacha.

Encabeza el reparto, Sterling Hayden, un renombrado actor que posee la personalidad exacta que reclamaba su personaje como el hijo de Hansen. Por su parte, Nedrick Young, da el tono perfecto como el implacable asesino de la mano de acero que ahora se ve abocado a seguir matando también con la izquierda. Carol Kelly es perfecta como la mujer subestimada por el matón que sigue con él porque también ella se subestima. Y entre otros, Victor Millan, conseguirá dejar su huella como el testigo silencioso.

Dos temas muy álgidos aborda la película y por eso fue hecha en clave western: La necesaria respuesta del pueblo ante la tiranía (que aquí es un soterrado alegato contra el macarthismo), y de paso, un llamado a responder contra el afán expansionista de los EEUU en sus afanes de petróleo (de aquí que, el protagonista y su padre, sean inmigrantes europeos).

Esta es la suerte de western que me hace sentir que, al final, la especie humana conseguirá sobrepasar todos los escollos.

Título para Latinoamérica: “EL VENGADOR DE SU PADRE”
Luis Guillermo Cardona
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