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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Comedia Primera película sonora de Harold Lloyd. (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos años después de que, con aquella grata película titulada “El cantor de jazz” naciera el cine sonoro, Harold Lloyd se animó a incursionar en los parlantes y su debut lo tuvo con “¡QUÉ FENÓMENO!”. Para esto llamó al director Clyde Bruckman, quien hizo lo que pudo para preservar el arte visual del gran comediante, al tiempo que trataba de sacarle partido a la palabra hablada. Harold se acomodó fácilmente y el resultado es un filme muy divertido y con una historia bastante simpática.

El cuento empieza con un decidido homenaje a los hermanos Lumiére, haciendo una toma exacta de “La llegada de un tren”. Entre los pasajeros está Harold Bledsoe, un muchacho con un gran espíritu de servicio, lo cual comprobamos en el momento en que el tren llega a Newbury pues, antes de apearse, él hará unos cuantos favores sin que se lo pidan.

El destino lo pondrá luego camino del amor cuando, de insólita manera, conoce a la mujer de sus sueños, la adorable Billie Lee (representada por Barbara Kent, una encantadora actriz con quien volvería a aparecer en su siguiente película “¡Ay, que me caigo!” y quien es hoy la mujer más longeva del mundo del cine, pues nació el 16 de diciembre de 1906… y a esta fecha continúa viva). Con ella vivirá, en principio, una deliciosa aventura a lo Buster Keaton, donde los modales se dejan a un lado para dar paso a los equívocos.

Hijo de un renombrado policía, Harold se convierte luego en el hazmerreír de la Estación -a donde llega para seguir los pasos de su padre-, cuando propone su nueva táctica de basarse en las huellas dactilares para identificar a los delincuentes. Así termina asignado al sonado caso de El Dragón, un traficante de opio que tiene invadido a Chinatown y quien acaba de secuestrar al médico que está atendiendo al hermanito de su enamorada.

El filme resulta muy movido, el humor se presenta en numerosas situaciones y Harold se desenvuelve con suma propiedad en los diálogos, y más aún, cuando se le pone en lo suyo: las acrobacias y las persecuciones. Su personaje es decidido, resuelto a cualquier riesgo, y dispuesto a probar la torpeza de aquellos policías que lo desconocen.

… Ah! Y quien no sepa para qué otras cosas sirve una vaca, no se pierda esta película, porque Harold Lloyd tiene algunas ideas para enseñarnos.

Título para Latinoamérica:"¡VIVA EL PELIGRO!"
Luis Guillermo Cardona
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