La primera vez que vi, <<ARIZONA COLT>>, fue en el año 1967. Estaba siendo exhibida en la sala de cine más espectacular que, en toda su historia, haya tenido la ciudad de Medellín, Colombia. Se llamaba, Teatro Junín, y había sido diseñado por el arquitecto belga, Agustin Goovaerts. El teatro - inaugurado en el mes de octubre de 1924, con la película italiana, “La Sombra”-, tenía capacidad para 4.700 personas, contaba con 37 palcos, lunetas y galerías, y en su momento, se dice que era el teatro más grande del mundo.

Estar allí nos hacía sentir orgullo de ciudad, pero la única vez que conseguí entrar fue para ver precisamente, <<ARIZONA COLT>>… y no pude volver a hacerlo porque ya no hubo otros estrenos debido a que el teatro cerraría sus enormes puertas para siempre… y sin que a los gobernantes de turno les importara el enorme valor histórico y arquitectónico que tenía, ese mismo año, 1967, el teatro fue demolido y allí se construiría la torre Coltejer. En el tercer piso de este edificio, se adecuarían dos salas de cine con los nombres, Junín 1 y Junín 2, pero estaban muy lejos de la majestuosidad de la antigua sala… y un lugar como aquel ya no volveríamos a verlo en nuestra ciudad, porque los nuevos políticos no tenían visión de futuro.

Recordaba, no sólo con nostalgia sino también con agrado a, <<ARIZONA COLT>>, porque, por aquellos años comenzábamos a vernos inundados de westerns italianos y, Franco Nero y Giuliano Gemma, pronto se convirtieron en los ídolos de muchos cinéfilos. En ocasiones, los debates en los descansos de colegio o entre la gente del barrio giraban en torno a la pregunta que alguien lanzaba: ¿Quién es mejor, Django o Ringo? Con estos nombres, todo el mundo sabía de quienes se estaba hablando.

A mí me gustaban mucho los dos: Nero, por su varonil e intimidante presencia; y Gemma por su carisma y su sentido del humor. Ahora que he vuelto a ver ¡por tercera vez!, <<ARIZONA COLT>>, me he divertido mucho con el caza-recompensas y porque, a Arizona, lo acompañan personajes encantadores como, Whiskey Doble (magnífico, Roberto Camardiel) o como el cura (Pietro Tordi), sin contar a, Fernando Sancho, la suerte de malo-malote que no deja de resultar "simpático"; y junto a ellos, dos mujeres muy guapas, Corinne Marchand, la recordada rubia de, “Cleo de 5 a 7” y, Rosalba Neri, la guapa morena a la que solía ver en películas de gladiadores.

En este filme, con guion de Ernesto Gastaldi y Luciano Martino, y dirigido por Michele Lupo, las matanzas lucen cual pesadas bromas, los bandidos son más caricaturescos que tipos intimidantes… y la historia pretende ante todo divertir, sin dejar de mostrar que la luz no tarda en regresar a un pueblo atormentado.

Termino con una frase del cura, dirigida a Arizona, que, vista en contexto, resulta divertida:
“No he visto jamás un chantaje más odioso ni un sinvergüenza más grande que tú… ¡que el cielo… te proteja, hijito!" Hay que ver la película para degustarla.