Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama. Romance Durante un viaje en barco, Georgi Gragore, una bella modelo que acaba de sufrir un desengaño amoroso, está a punto de arrojarse por la borda, pero se lo impide Karl Decker, un médico con el que acaba casándose. A pesar de ello, Georgi sigue obsesionada por el hombre que la llevó a tomar tan fatal determinación; perfectamente consciente de ello, su marido le propone que decida libremente si quiere seguir con él o si prefiere volver al pasado. (FILMAFFINITY) [+]
1 de agosto de 2011
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Karl Decker es la clase de hombre que yo admiro. Se graduó como médico para servir a la gente de menores recursos y ama lo que hace con alma, vida y sombrero. Cuando conoce a la adorable Georgi Gragore, se cuida un poco antes de pensar en ella seriamente, porque siente que la chica es como un diamante sobre un terciopelo que se contempla a distancia. Sin tenerse a sí mismo muy en alto -aunque sabe del inmenso afecto que le profesan sus colaboradores y la gente que le rodea- y llevado más por la complacencia que le produce sentirse al lado de la bella inmigrante, Decker se casa con ella a sabiendas de que Georgi sigue teniendo entre sus pensamientos al hombre por el que intentó suicidarse.

Pero, lo que lo hace admirable, es que el médico le concede a su esposa toda la libertad que requiere para que defina sus sentimientos. Él la quiere a su lado plena, de pensamiento, palabra y obra... y está dispuesto a perderla si ella determina que la otra relación sigue teniendo más peso en su vida.

Esto es lo que se llama Amar en Libertad, sin presiones ni intimidaciones, sin férreas ataduras ni prohibiciones de ninguna índole, sin sustraerte de tus amigos ni de tus deseos más íntimos y sin negarte nada que tu corazón ansíe, es decir, la única forma de amor posible porque, lo demás, nada tiene que ver con el amor… es puro egocentrismo.

Este es pues un drama adulto, adozado con un romanticismo que nos penetra muy hondo y que Spencer Tracy nos transmite, con tanta eficacia, que nos hace sentir que, también nosotros, estamos enamorados de la encantadora Hedy Lamarr.

Además de su maduro y solvente drama pasional, “ESTA MUJER ES MÍA” sobresale también por su impecable ambientación y su excelente elenco donde también resaltan Verree Teasdale como madame Marcesca, la fiel y extrovertida amiga de su modelo Georgi; Louis Calhern, el Dr. Duveen, quien consigue sustraer durante un tiempo al humanitario Decker de sus verdaderos ideales. Y hasta, Laraine Day, resulta conmovedora en su breve rol de Linda Rogers, la víctima de los descuidos que también ocurren en las altas esferas.

Pudo ser éste el debut americano de la controvertida actriz Hedy Kiesler (“Éxtasis") quien, por decisión de Louis B. Meyer, comenzó a llamarse Hedy Lamarr. Pero, los afanes que el productor tenía con su nueva estrella, lo llevaron a enfrentarse primero con Josef von Sternberg, quien inició la película y luego con Frank Borzage quien le reemplazó, hasta que año y medio después, se reinició el rodaje entregándole el timón a W. S. Van Dyke II. Se notan los apuntes autiobiográficos que el filme contiene, pues, es cierto que Hedy hablaba varios idiomas; su origen bien pudo ser ruso (su padre era ucraniano) pero, posiblemente, se le cambió para evitar resquemores; también hizo novillos en sus tiempos de colegio; y tuvo un novio que se suicidó cuando ella se negó a casarse con él.

Título para Latinoamérica: "YO TOMO A ESTA MUJER"
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow