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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Cine negro. Thriller Después de cumplir cinco años de condena, Tony Le Stephanois sale de prisión con la intención de cambiar de vida, pero se encuentra con que su amante está con un conocido gángster. Como carece de recursos económicos, no le queda más remedio que volver a su vida pasada y reunirse con sus viejos compinches. Durante semanas prepara minuciosamente con ellos un golpe perfecto: el atraco a una inaccesible joyería de París. (FILMAFFINITY)
6 de enero de 2017
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tony, Jo, Mario y Cesar el milanés, se unen para llevar adelante un asalto definitivo: La joyería Mappin & Webb. Se necesita una planeación milimétrica y hombres de una estricta disciplina para llevar adelante el Gran Golpe, y por supuesto, hay que sujetarse estrictamente a lo planeado… ¡o la ejecución más perfecta puede transformarse en el más penoso fiasco!

Los cuatro aspirantes a nuevos ricos son individuos que, a medida que les vamos conociendo, les vamos cogiendo cierta simpatía porque tienen gestos en los que demuestran que aún conservan su corazoncito: Tony aún ama a su esposa, aunque ésta le haya sido infiel mientras él estuvo en chirona; Jo adora a su hijo y su relación familiar luce bastante satisfactoria; Mario es un buenazo y un leal amigo; y Cesar -“el hombre al que no se le resiste ninguna caja fuerte y el que no puede resistirse a ninguna mujer”- da prueba de un talento que ofrece confianza en el buen resultado de cualquier empresa.

Pero, aún no ha llegado el sensato día -el que traerá el cambio definitivo-, en que los delincuentes comprendan que, SIEMPRE que lo considere conveniente, el destino jugará sus cartas… y alguien será débil en algún preciso detalle que otro captará.

La novela de Auguste Le Breton, “Du Rififi chez les Hommes” (1954), interesó al director estadounidense, Jules Dassin, desde el mismo momento en que la leyó, y escrito el guion junto al autor y con la colaboración de René Wheeler, sería ésta su primera película en Francia a donde tuvo que partir luego de ser puesto en la lista negra por la HUAC. Por enésima vez, la muy burda política estadounidense de entonces, hundía a otro gran artista (director, guionista y actor)… y Europa le abría las puertas, pues, también con él, llegaba el Arte con mayúscula.

“RIFIFÍ’, palabra que Le Breton impuso en el argot francés como variación del español rifirrafe (contienda, riña), no obstante su escaso presupuesto, es un filme magníficamente logrado que, aunque toma elementos del mejor cine negro hollywoodense (“The roaring twenties”, “The asphalt jungle” …) desborda originalidad en hechos como llevar a cabo el golpe sin decir una palabra, apenas roto el silencio por leves golpes necesarios o accidentales; y esa manera de ejecutarlo con recursos probados y en general sencillos, pero de la más alta efectividad, nos llenan de admiración por esas singulares inteligencias que, a veces, extrañamente toman el mal camino.

Con actores de poco cartel: Jean Servais, Carl Möhner, Robert Manuel, Magali Noël… y hasta el mismo Jules Dassin (quien usara el seudónimo Perlo Vita para representar a Cesar el milanés), “RIFIFÍ”, guarda sus mejores bazas en la brillantez de su trama, donde, lo humano y las relaciones familiares, también tienen un alto lugar, contrapuesto a uno de los mejores golpes cinematográficos de toda la historia que, no por nada, daría lugar a incontadas imitaciones dentro del cine… y hasta en la vida cotidiana.

P.D. Se me ocurre pensar que, Stanley Kubrick, probablemente se acordó de este brillante filme al momento de realizar “The Killing”, y de Rififí surgió el nombre que le puso a la perrita clave de su película: Fifí.
Luis Guillermo Cardona
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