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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Drama Historia de conspiraciones políticas, amores y venganzas con la entrada de Napoleón en Viena como telón de fondo. (FILMAFFINITY)
28 de febrero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras haberse marchado de Hungría, su tierra natal, en 1919, la primera estación del director, Michael Curtiz, la tuvo en Viena donde se contactaría con el conde, Alexander (Sascha) Kolowrat, a quien le ayudaría a levantar la industria de cine austriaca. Entre ellos, se produciría una sólida y amplia colaboración, que daría lugar a una veintena de valiosas películas, pero, desafortunadamente su empresa terminaría con la muerte por cáncer del productor, apenas 9 años después de su primer encuentro.

Entre lo que hemos podido conocer de esta época, hay títulos tan significativos como, “Horas de Angustia”, “Sodoma y Gomorra”, “La Reina Esclava”… y ahora se nos da la ocasión de ver, <<EL JOVEN MEDARDUS>>, una ambiciosa superproducción ambientada en el siglo XIX, en tiempos en que Napoleón Bonaparte había alcanzado su máximo poder y hacía temblar a los países de Europa. Su entrada en Austria, motivará la resistencia inmediata del emperador Franz I, pero éste tendrá que rezar para que su ejército consiga vencer a las avasallantes tropas del imperioso guerrero.

Entre estos hechos, ocurrirá un trágico insuceso que enlutará a la familia del estudioso, Medardus Klähr, y éste se dispone a cobrar venganza contra los aristocráticos y ambiciosos Valois -aspirantes al trono de Francia-, a quienes responsabiliza de la desgracia.

Firmando entonces como, Michael Kertész, el director húngaro hizo cuanto pudo para lograr un drama histórico de fuerte impacto: Logró un imponente diseño de producción que, en las escenas de masas, da la ‘impresión’ de estar insertando sucesos de época; la iluminación y la fotografía son bastante cuidadas; el vestuario fue elegido con sumo rigor para ajustarlo a la moda de 1809; y el guion de Ladislaus Vajda y Arthur Schnitzler contiene suficientes elementos sobre la ambición, el despotismo, la discriminación y otros despropósitos, como para resultar sumamente interesante, pero, infortunadamente, la copia a la que por fin podemos acceder -pasada por un canal de televisión-, ha sido mutilada a los machetazos en cerca de una hora, pues, la duración original del filme es de 153 minutos.

Mihaly Varconyi (Medardus) y Agnes Esterhazy (Helene Valois), lucen muy emotivos debatiéndose, entre el amor y el odio, en este drama de época que seguía consolidando el historial del que fuera un gran director.
No obstante, siento que, en estas condiciones y como dijera en otro contexto la madre de Medardus, también nosotros tenemos más razones para el dolor que para el entusiasmo, pues se hace imposible hacer una crítica que se acerque objetivamente a la película, y solo nos queda desear que algún día podamos ver completa esta llamativa obra. Michael Curtiz, es un director digno del más profundo respeto y a mí me merece, además, la máxima admiración.
Luis Guillermo Cardona
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