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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Musical. Romance Historia del escritor de canciones Gus Kahn (Danny Thomas), centrada en la relación del compositor y su mujer Grace (Doris Day). (FILMAFFINITY)
17 de abril de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director, Michael Curtiz, no se sentía muy entusiasmado con este nuevo proyecto de seudo-biopic semimusical. Bien seguro que él olió, como nosotros, ese aroma a “ya sé lo que sigue” con que se escribió, <<TE VERÉ EN MIS SUEÑOS>>, pues, los clichés van y vienen a lo largo de la trama: Ahora renuncia, pero ese es su camino… Eso va para matrimonio… Tendrán varios hijos y los veremos bañándolos o acostándolos… Enseguida lo invitarán a cantar… Esa chica hará sentir celos a su esposa… Le harán un homenaje con muchos invitados…

Para empeorar las cosas, todo parte de una biografía escrita por la esposa del personaje protagónico (Grace Kahn) quien, como leal –que no objetiva- cónyuge, escribe de tal modo que parezca que a su marido casi le salen alas, mientras ella queda recreada como la gestora -de principio a fin- del éxito que aquel obtuvo. No por nada, cuando vio el filme el día de su estreno, ella le envió la más agradecida carta a la productora Warner Bros., por los favores recibidos.

Con todo –y contra todo esto-, Michael Curtiz ha logrado que este filme tenga su encanto. Primero, porque goza de unos diálogos precisos, elocuentes y con encantador gracejo (“Hay quien está capacitado para escribir poemas y hay quien está capacitado para fabricar platos”. “Hay cosas en el corazón de un hombre que jamás salen en un cardiograma”. “Y la bastedad de su carácter pesará tanto que os arrastrará”…). Después, cuenta con un reparto bien puesto, donde los secundarios, Frank Lovejoy, Mary Wickes, Patrice Wymore y James Gleason, rebozan de gracia y personalidad. Enseguida, el padre de Grace nos da un nombre para recordar: Elizabeth Barrett Browning; y, por último, el filme contiene una carga de ironía que divierte porque da en el blanco: “Solamente, Al Jolson, podría sacar adelante algo así”. –Sostiene la estrella de las Follies de Ziegfeld, Gloria Knight, cuando Khan le enseña una canción que es pura cursilería; y ésta otra que le dice, Walter Donaldson a Gus Khan, cuando ambos parecen repugnarse, es encantadora: “No vayas a dejar que el nimio detalle de que nos odiemos pueda separarnos”.

Director, siempre en la mira de Jack Warner para dirigir las historias de figuras sobresalientes de la farándula, Michael Curtiz volvió –sin que él mismo lo creyera- a abonarle a la productora casi dos millones de dólares (cifra que le sacaba sonrisas a los emigrantes polacos) por esta recreación semi-ficticia de la vida del compositor de origen alemán, Gus Khan (Gustav Gerson Khan), quien impuso un sartal de canciones en la radio, escribió música para numerosos filmes musicales, y creó exitosos espectáculos para los escenarios de Broadway en las primeras décadas del siglo pasado. No obstante, al estar basada en la biografía escrita por su esposa, Grace LeBoy (de soltera), uno no puede dejar de sentir que hay un gran esfuerzo para que sea ella el centro de la historia (beneficio para Doris Day), y su manipulado esposo (Danny Thomas) quede como el hombre que subió a la cima con una gran patada.

No creo que vayan a encontrar sorpresa alguna, pero de seguro se van a divertir.
Luis Guillermo Cardona
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