Sede del gobierno británico en Jamaica, desde el momento en que esta nación fuera invadida en 1655, Port Royal (Puerto Real), fue el principal centro pesquero y comercial de la isla, al tiempo que acogía a un gran grupo de piratas ingleses que atacaban y asaltaban los barcos españoles y franceses. Situada en la Bahía de Kingston, Port Royal era un lugar estratégico con una gran barrera de arena y, hacia 1660, ya era conocida como “La Sodoma del Nuevo Mundo”, en vista de que sus más “notables” habitantes eran los piratas y las prostitutas. En los siguientes años, la ciudad se fue volviendo próspera; ya no se requería de los piratas para protegerla; y el tráfico de esclavos tomó suma importancia… así que, “la gente de bien”, que se había hecho rica en gran parte gracias a los ingresos que producía la piratería, ahora denigraba de estos reprobables personajes e incluso comenzaron a ejecutarlos cuando nombraron como gobernador a Henry Morgan.

Un fuerte terremoto que casi destruye por completo la ciudad, se produjo el 7 de junio de 1692; a esto siguieron varios tsunamis que quisieron concluir la tarea… y la mayor parte de, Port Royal, quedó para siempre sumergida, dejando un saldo cercano a las 2 mil personas fallecidas. En la actualidad, lo que queda de esta ciudad es bien poco y ya sin otro valor que el de atracción turística por lo allí acontecido.

Escritor de 13 libros (“I Dive of Treasure”, “The Sea of Treasure”, “Treasure Hunter”, “Treasure of the Buccaneer Sea” …), y cientos de artículos sobre la búsqueda y rescate de tesoros perdidos bajo los mares, en los que cuenta sus personales aventuras como explorador y buceador, el teniente Harry E. Rieseberg, aseguró haber encontrado 28.000 dólares en barras y monedas de oro durante sus exploraciones en las aguas de Jamaica, y ésta historia la escribió en un artículo (luego un libro) que publicó con el título, “Port Royal: The Ghost City Beneath the Sea”, el cual interesaría al director, Budd Boetticher, quien, con un guion escrito por Jack Harvey y Ramón Romero, lo llevó al cine contando con la asesoría técnica del propio capitán Rieseberg.

Con presupuesto de Serie B, pero con un reparto que incluye a actores de la talla de Anthony Quinn Robert Ryan, Mala Powers, Suzan Ball y George Matthews, <<LA CIUDAD BAJO EL AGUA>>, fue pensada como un entretenimiento para una aburrida tarde, y lo que se nos cuenta es la historia de un par de ambiciosos buceadores estadounidenses que llegan a Jamaica en plan de ayudar en la búsqueda de un buque que, algunos años atrás, naufragó justo donde se encuentra la vieja ciudad sumergida. Cuando se enteran de que, en el “Lady Luck” hay un millón de oro en barras y que ellos recibirán por su labor 25 mil dólares… retorcidos pensamientos comienzan a pasar por sus mentes, sobre todo por la de, Tony Bartlet, a quien solo le importa satisfacer sus irreprimibles impulsos.

Con un poco de humor, una pizca de aventura, algo de vudú y unas cuantas chicas lindas, la película se deja ver… aunque ahora sus efectos especiales no resultan tan especiales, y los lugares comunes + ciertos planos reiterativos e innecesarios, hacen que el filme se venga a menos en lo que a ritmo se refiere. El guion, en general, es bastante liviano y nuestros apreciados actores hacen lo que pueden para salir avante con una trama que no es digna de su talento.

Título para Latinoamérica: <<LA CIUDAD SUMERGIDA>>