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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama. Romance El músico Adam Lemp ha inculcado a sus cuatro hijas: Ann, Kay, Thea y Emma, su amor por la música. Ann está enamorada de Felix, pero se casa con Mickey, un joven compositor, porque Emma también ama a Felix, y ella no quiere hacer daño a su hermana. (FILMAFFINITY)
17 de noviembre de 2010
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quienes vean esta película podrán comprobar algo relevante: Tener una familia unida es una de las cosas más gratas que pueden sucedernos. La alegría se multiplica, la seguridad se respira en cada uno de los rincones de la casa, y la dicha de compartir incondicionalmente, ilumina con grandes resplandores cada nuevo día. Una familia unida es simiente de gran peso para una sociedad en paz; es ejemplo que inspira a otros; y es la calma interna y externa que todos anhelamos.

Adam Lemp -un músico con honores-, cuenta con una familia donde la luz resplandece a plenitud. Vive con sus cuatro hijas: Ann, Emma, Kate y Thea, las cuales siguen sus pasos y fluyen musicalmente con enorme virtuosismo. Con ellos, vive la tía Etta, una mujer de carácter firme, pero encantadora. Las cuatro chicas sueñan y esperan regocijadas la plenitud de la vida. Thea, es cortejada por un “risitas” ya mayorcito (el señor Crowley); Kay, canta como los ángeles, pero, teme dejar el hogar para tomar una oportunidad que se le brinda; y Ann y Emma -quienes viven muy apegadas la una a la otra-, planean seguir solteras para continuar apoyándose durante toda la vida.

Pero, como suele suceder, la rueda de la vida nos reserva sus propios planes y quiere comprobar como los tomamos... es entonces que entra en la familia un joven y entusiasta compositor llamado, Felix Deitz, y tras él, un singular y negativo pianista, conocido como, Mickey Borden.

El guion, escrito por Lenore J. Coffee y Julius J. Epstein, basados en la novela, "Sister Act" de Fannie Hurst, está colmado de magníficos toques de comedia; emana un fascinante romanticismo; y posee un trasfondo humano de enorme significado. El director, Michael Curtiz, consigue extraer toda la magia de un grupo de noveles actores que iniciaban aquí una promisoria carrera que los llevaría hasta el éxito: John Garfield, hace un debut sólido y premonitorio... y es muy probable que, al final de su vida, se haya acordado de éste, su primer filme, a la hora de decidir cómo dar el último paso. Jeffrey Lynn, revela un enorme carisma en su caracterización de Felix (la conmovedora escena en que, Ann, acaricia su abrigo antes de entregárselo, sería muy celebrada cuando, John Ford, la rehizo en, "The Searchers", 1956). Priscilla Lane, se impone al resto de sus hermanas con ese toque de ángel con el que siempre supo brillar; y Gale Page, hace una preciosa Emma, en reemplazo de Leota, la única hermana Lane que no fue aceptada por Curtiz. Junto a ellos, los veteranos Claude Rains y Flora Robson, nos dan una dosis de actuación difícil de olvidar.

<<CUATRO HIJAS>>, es cine para la eterna memoria. La clase de película que uno se anima a ver dos, tres y muchas veces porque, en cada ocasión, sientes que te hace más grata la existencia... y la manera como, Curtiz, cierra esta bella historia, es una de las más encantadoras que he visto en toda mi vida.

El éxito de este filme, fue de tal magnitud que, el mismo equipo fue invitado para hacer seguidamente, “Daughters Courageous"; y dos secuelas proseguirían la historia de, <<CUATRO HIJAS>>: “Cuatro esposas” y “Cuatro madres”, esta última, encargada al director, William Keighley.
Luis Guillermo Cardona
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