Hick cuenta la historia de una adolescente de 13 años, que vive en Nebraska con dos padres alcohólicos que demuestran escaso interés en ella. Tras ser temporalemente abandonada en su propia casa decide salir a buscar una vida mejor en Las Vegas. Para llegar hasta allí irá haciendo autostop y en el camino se topará con lo peor de cada casa: un cowboy cojo y encantadoramente transtornado y una estafadora adicta a la cocaina.
Tras leer la sinopsis podemos esperar una historia interesante, pero desgraciadamente el guión es tan pobre e inconsistente que todo queda en el intento. Las conexiones entre los personajes son forzadas, no están trabajadas y no son creibles, muchas de sus reacciones tampoco.
Lo mejor de la película son las actuaciones, especialmente la de Eddie Redmayne, que encarna al personaje más complejo y carismático de todos.