Angustiante thriller que puede pasar desapercibido porque de telefilme no podría pasar. Pero curiosamente un director formado en la televisión como Daniel Shackeim, sale airado de ésta propuesta perfectamente trazada y linealmente concebida como una película de suspense constante y con unos personajes (excelente Skarsgard) cargados de más pros que de contras. Además sirvió para que Leelee Sobiesky (que a empujoncitos había intentado ganar popularidad con películas como “La Hija de un Soldado nunca Llora” (A Soldier´s Daughter never cries, 1998) de James Ivory o un breve papel en “Eyes Wide Shut” (1999) de Stanley Kubrick así como la TV-Movie “Juana de Arco” (1999).

El thriller va dando forma a la historia de Ruby y Reth Baker (Leelee Sobiesky y Trevor Morgan) dos hermanos que son adoptados por los mejores amigos de sus padres, Terrence y Erin Glass (Stellan Skarsgard y Diane Lane). El apellido Glass del título original, que traducido significa irónicamente “cristal”, hace referencia a la supuestas transparencia que se vive en un frío pero lujoso hogar lleno de secretos. Y es que los nuevos padres, como permisivos tutores, van a procurar, en un principio, que no les falte de nada hasta que Ruby (Leelee Sobiesky) empezará a sospechar que algo huele a tufo: Terrence está cargado de deudas y a Erin, como Doctora, le encantan demasiado las medicinas…

Una película que se agradece como entretenido pase por si no se tiene nada mejor que hacer.