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Voto de bankead:
8
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66
Aventuras
Un par de exploradores se encuentran con una ciudad perdida en medio de la selva gobernada por una reina misteriosa. (FILMAFFINITY)
25 de abril de 2012
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobre esta controvertida película, que tan poca gente ha visto, se ha dicho de todo. Desde que es un engendro infumable, hasta que es un clásico. Desde que María Montez hace la peor interpretación de la historia, hasta que la Montez estuvo inspirada y muy acertada, interpretando a Atinea.
Lo cierto, y aquí va mi propia opinión, es que María Montez tenía mucha personalidad, lo que ya es algo. Y en "Siren of Atlantis", ya sea por mérito propio, o de sus tres directores (nótese que también fue dirigida por John Brahm), su legendaria inexpresividad (punto también discutible) es transformada en inexcrutabilidad. La Reina del Technicolor está más bella que nunca, filmada en blanco y negro, y su cara es como una esfinge enigmática, en la que no sabemos si se oculta la mayor de las crueldades o de las sabidurías.
Igual de legendaria es la partida de ajedrez que la Montez juega con su víctima (interpretada por su marido en la vida real): yo he leído que es una de las mejores y de las peores interpretaciones de la historia. Semejante ubicuidad, ya merece un respeto. Firmada por Gregg Tallas, pero dirigida en su mayor parte por John Brahm y Arthur Ripely, "La Atlántida", rodada en Francia ya al margen de la Universal (que no le renovó el contrato a María Montez), viene a ser como el verdadero canto del cisne de su etapa de gloria.
Lo cierto, y aquí va mi propia opinión, es que María Montez tenía mucha personalidad, lo que ya es algo. Y en "Siren of Atlantis", ya sea por mérito propio, o de sus tres directores (nótese que también fue dirigida por John Brahm), su legendaria inexpresividad (punto también discutible) es transformada en inexcrutabilidad. La Reina del Technicolor está más bella que nunca, filmada en blanco y negro, y su cara es como una esfinge enigmática, en la que no sabemos si se oculta la mayor de las crueldades o de las sabidurías.
Igual de legendaria es la partida de ajedrez que la Montez juega con su víctima (interpretada por su marido en la vida real): yo he leído que es una de las mejores y de las peores interpretaciones de la historia. Semejante ubicuidad, ya merece un respeto. Firmada por Gregg Tallas, pero dirigida en su mayor parte por John Brahm y Arthur Ripely, "La Atlántida", rodada en Francia ya al margen de la Universal (que no le renovó el contrato a María Montez), viene a ser como el verdadero canto del cisne de su etapa de gloria.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Es la fascinante historia de dos legionarios franceses (Jean-Pierre Aumont y Dennis O'Keefe), que salen de su delegación en busca de un compañero arqueólogo que se había extraviado en el Desierto del Sahara. Pero en vez de conseguir su propósito, los infortunados soldados son atrapados por las brigadas del continente perdido de la Atlántida. Antinea, soberana de la Atlántida, tenía la perversa costumbre de enviar sus tropas a buscarle hombres, que luego utilizaba para disipar su aburrimiento, jugando interminables partidas de ajedrez con éstos.
El contacto con esta cautivadora mujer era nefasto para sus compañeros de juego, que incapaces de resistirse a sus encantos, se dejaban seducir por ella y terminaban momificados como estatuas de oro que adornaban el palacio real. Estos soldados no sólo descubren la civilización perdida de la Atlántida en las arenas del Sahara, también encuentran al arqueólogo desaparecido, convertido ya en estatua de oro, en la galería de los visitantes del palacio real...
El contacto con esta cautivadora mujer era nefasto para sus compañeros de juego, que incapaces de resistirse a sus encantos, se dejaban seducir por ella y terminaban momificados como estatuas de oro que adornaban el palacio real. Estos soldados no sólo descubren la civilización perdida de la Atlántida en las arenas del Sahara, también encuentran al arqueólogo desaparecido, convertido ya en estatua de oro, en la galería de los visitantes del palacio real...