El cine de superhéroes en los últimos años ha estado monopolizado por la factoría Marvel (y ocasionalmente por DC Comics). Esta última entrega parece querer dejar a un lado un guion elaborado y jugar a entretener directamente al espectador y es que en esta nos encontramos a un Tony Stark más terrenal.
Esta película es como un renacer del personaje y a mí me ha gustado bastante, ya que en las dos anteriores no logré conectar con el personaje.
Es cierto que esto puede provocar que los fans más acérrimos la odien, pero los que busquen chascarrillos cachondos y sobre todo entretenimiento están ante la mejor entrega de todas.