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Voto de Inocente82:
8
Drama Tras serle diagnosticado un cáncer de mama, Magda, una maestra en paro, reacciona sacando a la superficie toda su energía vital. Gracias a su valentía y optimismo, tanto ella como los suyos vivirán insospechadas escenas de humor y delicada felicidad. (FILMAFFINITY)
10 de septiembre de 2015
51 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la fantástica película de Isabel Coixet "Mi vida sin mí" una mujer descubre que va a morir de cáncer y decide atar todos los cabos para el día en el que ella no esté en este mundo. "ma ma", que toca un tema cercano, con un tono totalmente distinto, no busca tampoco esto. El personaje de Magda busca la consecución de una satisfacción personal, idea un plan descabellado, por puro disfrute. Y es que, como dice a lo largo de la película, hay que tender a vivir momentos buenos, y huir de los malos.

"ma ma", que gira casi exclusivamente alrededor del inmenso personaje de Magda (el resto de personajes pululan alrededor de ella) es una llamada a gritos a disfrutar de la vida a pesar de que ésta te dé palos. Desde el comienzo de la película, Magda, reciente parada, abandonada y enferma (sí, no cabe más drama) es luz, es positividad, es coger el toro por los cuernos, algo que se transmite de un modo natural, nada forzado. Es imposible no amar a este personaje.

También se percibe claramente que Penélope Cruz (también productora de la cinta) ama su personaje. La actriz es auténtica, creíble y muy eficaz interpretando a Magda. Parece imposible que el espectador pueda abstraerse y llegar a olvidarse de Penélope Cruz personaje, y ver desde el minuto 1 a Magda. Quizás Cruz no logre jamás quitarse ese halo por el que es tan odiada por tantos sectores por motivos no cinematográficos, pero los afortunados que dejamos eso de lado, ya hemos disfrutado de varias interpretaciones míticas. Magda es una de ellas, y desde ya, está al lado de Raimunda, Maria Elena y Macarena. Trabajo memorable.

Su cuerpo, su calva, su mirada, que huelen a verdad, vienen acompañadas de un piano ligero que rápidamente nos recuerda a esas grandes Bandas Sonoras compuestas con Alberto Iglesias. Es una delicia ver algunos planos tan medemianos (con esos colores fríos conseguidos por Kiko de la Rica) acompañados, de nuevo de su música. Y a la vez, se trata de una música capaz de erizar el vello escuchándose con los ojos cerrados. En el apartado técnico, mención aparte necesita la labor de Iván Aledo (y el propio Medem) a la hora de montar la película jugando continuamente con varias historias entrecruzadas. Sin duda, esta película contada respetando el orden cronológico no conseguiría la misma intensidad.

Decía Julio Medem al presentar la película que el espectador tenía que hacer el esfuerzo de dejar la cabeza racional debajo de la butaca y dejarse llevar, entrar sin prejuicios a la sala y dejarte tocar. Yo fui capaz de hacerlo y la disfrute muchísimo.
Inocente82
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