Si uno se para a pensar, que si alguna vez un hombre de sesenta y tantos años volvería a encontrarse con la única mujer de la que se enamoró cuando era un chaval, se llevará una grata sorpresa, y más si vivimos en el Londres de principios del siglo XX y trabajamos como uno de los mejores abogados de Reino Unido.

Así se nos presenta ésta hermosa película, protagonizada por unos muy maduros Laurence Olivier y Katharine Hepburn (que curiosamente en la vida real nacieron el mismo mes del mismo año) que nos ofrecen una historia un poco enreversada y enormes interpretaciones por parte de ambos, que junto con la belleza de la música y el encanto y aire nostálgico de la ambientación de la Inglaterra de principios del siglo XX, hacen de éste film, o mejor dicho, tele-film, una gran alternativa para ver un fin de semana por la tarde.

Te transportará instantáneamente a otra época, a un tiempo en el que seguro que a muchos nos hubiera encantado poder vivir, aunque sólo hubiera sido por un corto período de tiempo.