En las décadas de los 40 y los 50 el cine nos regalaba películas impecables en muchos géneros, comedia y cine negro se llevaban la palma y ésta es una muestra más de ello.
Con un guión coherente y bien desarrollado, un jóven y atractivo James Mason y una bella Märta Torés como intérpretes, la historia nos narra a un médico con relación con un mafioso al que roba y su posterior huída.
Quizás se la puede achacar algo de ñoñería en su desenlace final pero.... los finales felices complacen al espectador.