Está claro que Los aristogatos no está entre las mejores películas de Disney. No pasa de ser un entretenimiento absolutamente inofensivo, francamente simpático, pero que difícilmente se mantiene en la memoria.
La historia de una chica de buena familia que en una noche de pesadilla recibe la ayuda de un chico de la calle se ha visto mil veces. Aquí son gatos, pero viene a ser lo mismo. Solo que no hay cabida para el lado oscuro de la historia. No es como en otras películas de Disney, que tienen malos tenebrosos, y giros inquietantes. Aquí todo es blanco y puro, sin duda en exceso.
Sería injusto comparar la animación de los Los aristogatos con el virtuosismo de las películas posteriores. Más bien al contrario, resulta entrañable ver una película con animación clásica y doblaje de la época.
Los aristogatos es una de las películas más exclusivamente infantiles de Disney, y en honor a la verdad hay que decir que los niños la disfrutan mucho.