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Voto de TOM REGAN:
2
5,6
10.324
Drama
Tras una infancia traumática, y tras aparecer en los años cuarenta en las portadas de unas cuantas revistas y calendarios, la atractiva joven Norma Jeane se convierte en actriz en el Hollywood de los años cincuenta. Pronto se volverá mundialmente famosa con el nombre artístico de 'Marilyn Monroe', convirtiéndose en el mayor sex-symbol del planeta. Pero sus aclamadas apariciones en la pantalla contrastan con los problemas amorosos, la ... [+]
2 de febrero de 2023
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
28/28(30/01/23) Aparatosa, caótica, aturullada, ponzoñosa, confusa, tediosa, vergonzante, son unos pocos de calificativos que se le pueden endilgar a esta cosa de supuesto biopic hecho (supuestamente) a mayor gloria del mito sexual más grande que haya dado el Séptimo Arte. Parece pertrechado por alguien que odie a la diva, no se puede hacer algo más reduccionista e insultante para alguien tan Brillante como ella. Escrita y dirigida por Andrew Dominik, realizador poco prolífico en que tenía depositadas esperanzas, pero mi gozo en un pozo. Pues me ha llegado a producir vergüenza ajena algunos tramos, línea argumental que no existe, pegando saltos por aquí y por allí, deja fuera multitud de elementos importantes, otros reduciéndolos a lo abominable.
El guion se basa en la novela homónima del 2000 de Joyce Carol Oates, versión ficticia de la vida y la carrera de la actriz estadounidense Marilyn Monroe, la pregunta es: En qué clase de biografía fímica estamos si partimos de la base de que es ficción? El personaje del Mito queda sintetizado freudianamente en la búsqueda permanente de su padre, en el horizonte está única y exclusivamente esto, da igual lo que haga siempre el objetivo es buscar un padre. Alguien tan rico en personalidad como ella queda estereotipada de forma ridícula. Todo es un batiburrillo de secuencias que pretenciosamente anhelan sumergirte en un estado de ánimo opresivo machista (por ello las sempiternas y reiteradas secuencias de ella asediada a cámara lenta por cienes de paparazis), en el que supuestamente se movía Marilyn, y lo que me llega es una cosa petulante, hastiante, cansina en su mensaje de tristeza infinita en que vive la Diva rubia. Y encima nos atacan con un metraje desmedido para lo que cuentan, fruto de esa moda de que si son más de dos horas y media es una película trascendente, y en este caso es densa y agónica.
Mundillo poblado de seres detestables con los que nunca conectas, no hay brújula moral alguna, incluso la protagonista es un personaje insípido, siempre lloriqueando, haciendo pucheros, siempre dejándose mangonear, sin personalidad, manipulada sexualmente por unos y otros, en el colmo de esto tenemos que el propio director, cual juego de espejos meta, mangonea a la actriz protagonista para que haga desnudos gratuitos (ejemplo el que hay cuando DiMaggio llega iracundo para pegarle y la vemos en top less en la cama, que necesidad dramática había para esto?). Súmense diálogos entre banales e idiotescos, con alegorías visuales que podría hacerlas un adolescente con acné (lo de las cataratas del Niágara como símil de un orgasmo; la constelación estelar se transforma en carrera de espermatozoides en busca de un óvulo; o lo de los misiles en la tele durante una felación es muy sutil [ataque de cinismo]), lo de acudir a homenajes visuales de imágenes míticas es algo de cajón. Notándose la pompa que se da Dominik al filmar en innecesario blanco y negro, con algunos fogonazos a color, gracias a la cinematografía juguetona de Chayse Irvin, salta por varios contrastes de luces, por diferentes formatos de imagen queriendo trasladarnos un estado emocional de modo artificioso y con poco éxito. Con filigranas visuales bastante grimantes como la cámara sobre un feto, la del interior de la vagina viendo los fórceps abrirse camino durante un aborto, o la del fondo del lavabo para ver en primer plano un vómito, hay otra ‘virguería’ visual que comento abajo (JFK de co protagonista); Que necesidad había de todo esto? Solo me ha gustado en este sentido la filmación "The Seven Year Itch" en la Icónica imagen de Marylin con el Icónico vestido blanco, sobre la Icónica rejilla que le levanta el vestido a la Diva de forma sensual ondulando por la ventilación, vemos a cientos, si no miles de hombres viendo la secuencia in situ de modo carroñero, con rostros desencajados, monstruos depredadores, en una situación híper realista perdiéndose en la inmensidad las miradas aviesas que quieren comérsela.
Me ha sido un melodrama sensacionalista lleno de conjeturas escambrosas y asquerosas, sin base alguna, simplemente soltar y filmar exabruptos para (supongo) escandalizar y de este modo impactar y atraer público, me resulta un anzuelo muy barato que solo refleja mediocridad de miras y sobre todo de talento. Exposición grotesca de alguien que quiso ser vista como actriz seria, para lo que acudió al icónico Actor’s Studio neoyorquino de Lee Strasberg, tuvo asistenta personal de actuación a su esposa Paula, y nada de esto se refleja en la película (hay unos pequeños apuntes), nada hay de sus problemas de informalidad a la hora de rodar pelis, nada de su paternalista relación con Clarke Gable, nada de su viaje a Inglaterra para rodar con Laurence Olivier, nada de la relación con los directores de cine con que trabajó, , nada de sus problemas en la última de sus películas y que se quedó inacabada con George Cukor de director, todo queda reducido a que estaba obsesionada con el padre que no conoció, a que era un objeto sexual, ah, y que quería tener un bebe, tanto que abortó cuando quedó preñada (puaj!”).
El director crea un micro universo de seres malignos que rodean a la Blonde, desde la madre, el primer productor con el que la vemos la violó (Mr. Z es un nada disimulado Zucker); una relación tóxica con dos hijos de papa, ("Somos los jóvenes de los hombres que nunca nos quisieron") Charlie Chaplin Jr. (Xavier Samuel) y Edward G. Robinson Jr. (Evan Williams), con los que la vemos en Ménage à trois, el único tramo donde está lo más parecido a feliz, con (jartibles) resonancias cósmicas se le quiere dar. Todo esto podría ser definitorio para dar hondura a la protagonista, pero es que, si sabes que todo esto es más falso que el Nobel de astrofísica para Forrest Gump, nunca ocurrió (pero si hasta comentan en vida la muerte ahogado por su vómito del hijo de Charlot, cuando murió 6 años después de la diva, en 1968 y de una embolia pulmonar),... (sigo en spoiler)
El guion se basa en la novela homónima del 2000 de Joyce Carol Oates, versión ficticia de la vida y la carrera de la actriz estadounidense Marilyn Monroe, la pregunta es: En qué clase de biografía fímica estamos si partimos de la base de que es ficción? El personaje del Mito queda sintetizado freudianamente en la búsqueda permanente de su padre, en el horizonte está única y exclusivamente esto, da igual lo que haga siempre el objetivo es buscar un padre. Alguien tan rico en personalidad como ella queda estereotipada de forma ridícula. Todo es un batiburrillo de secuencias que pretenciosamente anhelan sumergirte en un estado de ánimo opresivo machista (por ello las sempiternas y reiteradas secuencias de ella asediada a cámara lenta por cienes de paparazis), en el que supuestamente se movía Marilyn, y lo que me llega es una cosa petulante, hastiante, cansina en su mensaje de tristeza infinita en que vive la Diva rubia. Y encima nos atacan con un metraje desmedido para lo que cuentan, fruto de esa moda de que si son más de dos horas y media es una película trascendente, y en este caso es densa y agónica.
Mundillo poblado de seres detestables con los que nunca conectas, no hay brújula moral alguna, incluso la protagonista es un personaje insípido, siempre lloriqueando, haciendo pucheros, siempre dejándose mangonear, sin personalidad, manipulada sexualmente por unos y otros, en el colmo de esto tenemos que el propio director, cual juego de espejos meta, mangonea a la actriz protagonista para que haga desnudos gratuitos (ejemplo el que hay cuando DiMaggio llega iracundo para pegarle y la vemos en top less en la cama, que necesidad dramática había para esto?). Súmense diálogos entre banales e idiotescos, con alegorías visuales que podría hacerlas un adolescente con acné (lo de las cataratas del Niágara como símil de un orgasmo; la constelación estelar se transforma en carrera de espermatozoides en busca de un óvulo; o lo de los misiles en la tele durante una felación es muy sutil [ataque de cinismo]), lo de acudir a homenajes visuales de imágenes míticas es algo de cajón. Notándose la pompa que se da Dominik al filmar en innecesario blanco y negro, con algunos fogonazos a color, gracias a la cinematografía juguetona de Chayse Irvin, salta por varios contrastes de luces, por diferentes formatos de imagen queriendo trasladarnos un estado emocional de modo artificioso y con poco éxito. Con filigranas visuales bastante grimantes como la cámara sobre un feto, la del interior de la vagina viendo los fórceps abrirse camino durante un aborto, o la del fondo del lavabo para ver en primer plano un vómito, hay otra ‘virguería’ visual que comento abajo (JFK de co protagonista); Que necesidad había de todo esto? Solo me ha gustado en este sentido la filmación "The Seven Year Itch" en la Icónica imagen de Marylin con el Icónico vestido blanco, sobre la Icónica rejilla que le levanta el vestido a la Diva de forma sensual ondulando por la ventilación, vemos a cientos, si no miles de hombres viendo la secuencia in situ de modo carroñero, con rostros desencajados, monstruos depredadores, en una situación híper realista perdiéndose en la inmensidad las miradas aviesas que quieren comérsela.
Me ha sido un melodrama sensacionalista lleno de conjeturas escambrosas y asquerosas, sin base alguna, simplemente soltar y filmar exabruptos para (supongo) escandalizar y de este modo impactar y atraer público, me resulta un anzuelo muy barato que solo refleja mediocridad de miras y sobre todo de talento. Exposición grotesca de alguien que quiso ser vista como actriz seria, para lo que acudió al icónico Actor’s Studio neoyorquino de Lee Strasberg, tuvo asistenta personal de actuación a su esposa Paula, y nada de esto se refleja en la película (hay unos pequeños apuntes), nada hay de sus problemas de informalidad a la hora de rodar pelis, nada de su paternalista relación con Clarke Gable, nada de su viaje a Inglaterra para rodar con Laurence Olivier, nada de la relación con los directores de cine con que trabajó, , nada de sus problemas en la última de sus películas y que se quedó inacabada con George Cukor de director, todo queda reducido a que estaba obsesionada con el padre que no conoció, a que era un objeto sexual, ah, y que quería tener un bebe, tanto que abortó cuando quedó preñada (puaj!”).
El director crea un micro universo de seres malignos que rodean a la Blonde, desde la madre, el primer productor con el que la vemos la violó (Mr. Z es un nada disimulado Zucker); una relación tóxica con dos hijos de papa, ("Somos los jóvenes de los hombres que nunca nos quisieron") Charlie Chaplin Jr. (Xavier Samuel) y Edward G. Robinson Jr. (Evan Williams), con los que la vemos en Ménage à trois, el único tramo donde está lo más parecido a feliz, con (jartibles) resonancias cósmicas se le quiere dar. Todo esto podría ser definitorio para dar hondura a la protagonista, pero es que, si sabes que todo esto es más falso que el Nobel de astrofísica para Forrest Gump, nunca ocurrió (pero si hasta comentan en vida la muerte ahogado por su vómito del hijo de Charlot, cuando murió 6 años después de la diva, en 1968 y de una embolia pulmonar),... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
… pero qué más da si nunca coincidió con los dos, que la verdad no te estropee una escena de trio sexual que tanto morbo da (puaj). Les dan vida Xavier Samuel y Evan Williams de forma plana; La relación con el beisbolista retirado Joe DiMaggio, pocas veces he visto un entente más chirriante en pantalla, menuda forma grimante en que le pide matrimonio, y por supuesto él es un machista que la maltrata físicamente. Con un Bobby Cannavale dando vida al deportista de modo tosco y sin fuerza dramática alguna; está la que tiene con el dramaturgo Henry Miller, otro romance que si en vez de a Adrien Broody hubieran puesto a un arenque no hubiera desentonado tanto, un tipo que más parece un tío que ha venido a visitarla que su esposo. Brody es tan gélido como el Iceberg que hundió el Titanic; A ambos esposos Marilyn les llama Papi, forma sutil (ataque de cinismo) de decirnos que la Diva solo buscaba a Papa en sus relaciones.
La película se siente como un Vía Crucis continuo de Norma Jean Baker, la vida puede ser sufrimiento, pero no toda, y menos para alguien que lo tuvo todo al alcance de su mano, no parece tener un momento de respiro, nunca se la ve feliz. Son casi tres horas de ver a la sex symbol padeciendo por un mundo que la cosifica, y tras eso se repite, y luego se subraya, y después más de lo mismo. Una travesía sádica que llega a momentos tan hediondos como esa violación de Mr. Z donde se nos hace ver es una ingenua que no se da cuenta lo que le pasa, y por supuesto uno de los momentos más asquerosos vistos en cine, como es el encuentro de JFK (Caspar Phillipson) con la Diva, es de buenas a primeras, sin que sepamos cuando se han conocido, aparece en su dormitorio mientras habla por teléfono, ella se sienta a su lado, y JFK la obliga a masturbarle mientras continua hablando por teléfono, le ‘indica’ que no sea tímida unas cuantas veces, a lo que sigue que la obliga a hacerle una felación, y esto en el colmo del mal gusto lo vemos en primer plano de una cariacontecida Marilyn, la vemos bombear mientras JFK sigue a lo suyo, para adornar la escabroso tramo vemos a un guardaespaldas al lado observando distraído todo y en la tv encendida hay una sucesión de imágenes de misiles despegando contra platillos volantes que termina incrustando contra el obelisco de Washington DC de la película “La Humanidad en Peligro” (será una metáfora de algo). Ello insultando la memoria de un presidente asesinado como JFK, que no sería un santo, pero de ahí a lo que vemos en pantalla resulta aberrante., una relación de dos años sintetizada en una asquerosa y abusiva mamada (puaj!).
La cubana Ana de Armas como la prota me ha resultado cargante, lejos de las alabanzas con que la crítica general la ensalza e incluso con nominación al Oscar, interpretación plana, no tiene dimensión humana, una muñeca llorona, y cuando no está con rostro de sorprendida, no tiene registros dramáticos, no tiene desarrollo, se atiene a imitar a la Diva real. Lleva el peso de 166 minutos de pantalla encarnando a un mito de una sola nota, ser traumatizado desde su infancia y punto, no la vemos con dilemas morales, no la vemos decidida (la única ocasión que se acerca a esto es cuando se niega a hacer “Los caballeros las prefieren rubias”, cuando si resulta que la hizo y por los 5000 $). Sobreactuación sin freno.
Spoiler:
Acaba en onírica escena, MM desprendiéndose de su cuerpo cuando está acostada tras haberse drogado con pastillas el 4 de agosto de 1962 y con ello acercándose a la imagen de su supuesto padre (puaj!). Motivo que cuelan para querer matarse es que unas cartas del padre de ella le habían llegado en realidad eran de Chaplin Jr., y qué sentido tiene inventarse esto? No es una especulación posible como que fue el FBI por lo que sabía de JFK, admisible como teoría, es una zafia mentira asquerosa la que nos endilgan.
Grotesco producto con ínfulas de biopic. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2023/02/blonde.html
La película se siente como un Vía Crucis continuo de Norma Jean Baker, la vida puede ser sufrimiento, pero no toda, y menos para alguien que lo tuvo todo al alcance de su mano, no parece tener un momento de respiro, nunca se la ve feliz. Son casi tres horas de ver a la sex symbol padeciendo por un mundo que la cosifica, y tras eso se repite, y luego se subraya, y después más de lo mismo. Una travesía sádica que llega a momentos tan hediondos como esa violación de Mr. Z donde se nos hace ver es una ingenua que no se da cuenta lo que le pasa, y por supuesto uno de los momentos más asquerosos vistos en cine, como es el encuentro de JFK (Caspar Phillipson) con la Diva, es de buenas a primeras, sin que sepamos cuando se han conocido, aparece en su dormitorio mientras habla por teléfono, ella se sienta a su lado, y JFK la obliga a masturbarle mientras continua hablando por teléfono, le ‘indica’ que no sea tímida unas cuantas veces, a lo que sigue que la obliga a hacerle una felación, y esto en el colmo del mal gusto lo vemos en primer plano de una cariacontecida Marilyn, la vemos bombear mientras JFK sigue a lo suyo, para adornar la escabroso tramo vemos a un guardaespaldas al lado observando distraído todo y en la tv encendida hay una sucesión de imágenes de misiles despegando contra platillos volantes que termina incrustando contra el obelisco de Washington DC de la película “La Humanidad en Peligro” (será una metáfora de algo). Ello insultando la memoria de un presidente asesinado como JFK, que no sería un santo, pero de ahí a lo que vemos en pantalla resulta aberrante., una relación de dos años sintetizada en una asquerosa y abusiva mamada (puaj!).
La cubana Ana de Armas como la prota me ha resultado cargante, lejos de las alabanzas con que la crítica general la ensalza e incluso con nominación al Oscar, interpretación plana, no tiene dimensión humana, una muñeca llorona, y cuando no está con rostro de sorprendida, no tiene registros dramáticos, no tiene desarrollo, se atiene a imitar a la Diva real. Lleva el peso de 166 minutos de pantalla encarnando a un mito de una sola nota, ser traumatizado desde su infancia y punto, no la vemos con dilemas morales, no la vemos decidida (la única ocasión que se acerca a esto es cuando se niega a hacer “Los caballeros las prefieren rubias”, cuando si resulta que la hizo y por los 5000 $). Sobreactuación sin freno.
Spoiler:
Acaba en onírica escena, MM desprendiéndose de su cuerpo cuando está acostada tras haberse drogado con pastillas el 4 de agosto de 1962 y con ello acercándose a la imagen de su supuesto padre (puaj!). Motivo que cuelan para querer matarse es que unas cartas del padre de ella le habían llegado en realidad eran de Chaplin Jr., y qué sentido tiene inventarse esto? No es una especulación posible como que fue el FBI por lo que sabía de JFK, admisible como teoría, es una zafia mentira asquerosa la que nos endilgan.
Grotesco producto con ínfulas de biopic. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2023/02/blonde.html