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Voto de TOM REGAN:
5
6,2
48
Drama. Comedia
Para Abraham Rodriguez (Alan Arkin), un puertorriqueño viudo que vive en Harlem (Nueva York), la vida es una lucha diaria para pagar el alquiler de un miserable apartamento y alimentar a sus hijos. Su sueño es conquistar un futuro mejor para los niños, pero eso es casi imposible, aunque quizá su ingenio pueda proporcionarle una oportunidad para conseguirlo. (FILMAFFINITY)
22 de agosto de 2019
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137/14(20/08/19) Dramedia muy desequilibrada dirigida por Arthur Hiller, el guión de Tina Pine y Lester Pine desarrollan un relato claramente partido en dos. La primera parte se desarrolla en el Harlem español neoyorkino, lugar mugriento, donde un padre viudo con varios trabajos intenta sacar adelante a sus dos hijitos, intenta alejarlos de la delincuencia y de la mala vida que hay en las calles pero le es muy complicado barajarlos en medio de este sub mundo darwinista donde solo sobreviven los más fuertes. En este tramo hay mucho brío, energía, humor fresco, y todo capitaneado por un majestuoso protagonista Alan Arkin, secundado por los niñitos Miguel Alejandro y Rubén Figueroa, y una vivaraz Rita Moreno. Pero en su segunda parte cambiamos de escenario a Miami y la historia hace aguas más estrepitosamente que el Titanic, el argumento se va de madre, se convierte en una astracanada bochornosa, donde las actuaciones se convierten en histrionismo desfasado. Una serie de televisión con el mismo nombre, una comedia basada en el mismo tema, emitida en 1976, protagonizada por Héctor Elizondo como Popi.
Comienza de un modo esperanzador con esa ambientación feista de NYC, con ese aire malsano de badass constante en las calles, con una relación creíble entre un padre y sus retoños díscolos, con ententes entre ellos divertidos (como el del “interrogatorio” sobre quien ha roto el buzón), con situaciones jocosas (cuando confunden a Popi en una fiesta con un veterano cubano de Bahia Cochinos), con slapstick (el modo en que se ocupa de un cadáver liado en una sábana), haciendo veraz esta selva de delincuencia en que se mueven peligrosamente estos chavales, y como su padre intenta protegerlos, pero le es muy complicado con su precariedad económica. Está también su interesante relación con el rol encarnado por Rita Moreno, su amante, teniendo los dos intérpretes gran química. Esta mitad resulta una buena película (sin tirar cohetes) sobre un padre coraje. Sumado a una gran ambientación, captando el bullicio y la algarabía del conflictivo barrio, esto maximizado por la excelente cinematografía del magiar Andrew Laszlo (“The Warriors” o “El Chip Prodigioso”), con tomas de grúas excelentes que ese elevan por Harlem, haciendo a los seres pequeñitos ante la inmensidad entre el gentío, con brío, proyectando este mundo de Territorio Comanche; Pero entramos en la segunda parte y todo lo bueno se hace añicos con un plan delirante del padre para “salvar” a sus hijos de las garras del mundillo criminal, un bloque que parece hecho por el enemigo, lo estrafalario su une a lo grotesco. En lo que es un contrapunto a la primera parte de crítica al American Way of Life, en este tramo deriva un estrafalario torpedo contra el ansiado Sueño Americano, convertido en burla superficial guiñolesca.
Comienza de un modo esperanzador con esa ambientación feista de NYC, con ese aire malsano de badass constante en las calles, con una relación creíble entre un padre y sus retoños díscolos, con ententes entre ellos divertidos (como el del “interrogatorio” sobre quien ha roto el buzón), con situaciones jocosas (cuando confunden a Popi en una fiesta con un veterano cubano de Bahia Cochinos), con slapstick (el modo en que se ocupa de un cadáver liado en una sábana), haciendo veraz esta selva de delincuencia en que se mueven peligrosamente estos chavales, y como su padre intenta protegerlos, pero le es muy complicado con su precariedad económica. Está también su interesante relación con el rol encarnado por Rita Moreno, su amante, teniendo los dos intérpretes gran química. Esta mitad resulta una buena película (sin tirar cohetes) sobre un padre coraje. Sumado a una gran ambientación, captando el bullicio y la algarabía del conflictivo barrio, esto maximizado por la excelente cinematografía del magiar Andrew Laszlo (“The Warriors” o “El Chip Prodigioso”), con tomas de grúas excelentes que ese elevan por Harlem, haciendo a los seres pequeñitos ante la inmensidad entre el gentío, con brío, proyectando este mundo de Territorio Comanche; Pero entramos en la segunda parte y todo lo bueno se hace añicos con un plan delirante del padre para “salvar” a sus hijos de las garras del mundillo criminal, un bloque que parece hecho por el enemigo, lo estrafalario su une a lo grotesco. En lo que es un contrapunto a la primera parte de crítica al American Way of Life, en este tramo deriva un estrafalario torpedo contra el ansiado Sueño Americano, convertido en burla superficial guiñolesca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
A Popi se le ocurre un plan para llevar a los niños a Florida, hacer que se disfracen de refugiados cubanos, dejarlos a la deriva en una barca a merced de la Corriente del Golfo, que tengan suerte y sean encontrados por algún barco estadounidense antes de que mueran de inanición, que en tierra firme sean tomados por cubanitos desamparados y sean adoptados por una familia rica. Pero que se han fumado los guionistas de este film que hasta entonces era algo coherente? Deriva en un bodrio de proporciones grandiosas, desbarra y pierde todo el encanto ganado durante el metraje anterior. Un caos mediocre.
Cinta entretenida y amena en su primer bloque, con un gran Alan Arkin, que estuvo nominado al Globo de Oro por papel dramático, perdiendo ante el John Wayne de “True Grit”, así como el guión también estuvo nominado (tuvo que estar muy mal la cosecha de este año en el apartado) para el Premio del Gremio de Escritores de América al Mejor Guión Original (perdiendo ante el gran William Goldman de “Dos hombres y un destino”), pero con un lastre inaguantable cuando tiene que ofrecer un desarrollo. Fuerza y honor!!!
Cinta entretenida y amena en su primer bloque, con un gran Alan Arkin, que estuvo nominado al Globo de Oro por papel dramático, perdiendo ante el John Wayne de “True Grit”, así como el guión también estuvo nominado (tuvo que estar muy mal la cosecha de este año en el apartado) para el Premio del Gremio de Escritores de América al Mejor Guión Original (perdiendo ante el gran William Goldman de “Dos hombres y un destino”), pero con un lastre inaguantable cuando tiene que ofrecer un desarrollo. Fuerza y honor!!!