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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
7
Drama Tres historias se entrecruzan. La de los ancianos Lizandro y Cucha, que han perdido a su único hijo, viven volcados en el recuerdo y hacen lo posible para construirse un mausoleo en el cementerio. La del locutor Humberto y la depresiva Verónica, ambos solitarios y con cicatrices y deformidades corporales. La de la abuela ciega, obsesionada con recuperar la vista, que maltrata y explota a sus nietos. Las historias avanzan paralelamente ... [+]
20 de julio de 2009
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un locutor, a oscuras, frente al micro, nos dice "...porque TÚ eres tu destino". Es el inicio de la película. Y a lo largo de la misma, se nos demuestra hasta qué punto tú eres tu destino. Pero qué peligroso es el hombre y por tanto, qué dudoso su destino. Sus protagonistas se dan de hostias contra la lógica para seguir un camino que sólo conocen ellos. Y el destino les lleva exactamente donde desean: para bien o sobre todo, para mal. Tres fábulas:

1- El locutor salva del suicidio a una chica a la que pone el nombre de Verónica y lleva a su casa. En contra de las charlas aleccionadoras del pobre hombre, ella opone una fiera voluntad de no superarse, de no curarse, de no vivir. Hay más vida en su oposición a la vida que en la tibia aceptación de la corriente de su rescatador. Surge el coletazo del amor. Pero...

2- Dos ancianos de buena familia venidos a menos venden sus más valiosas pertenenencias, sus recuerdos, sus últimos años de vida a cambio de un hermoso mausoleo de mármol. Esta historia es curiosa, patética y divertida para mí. Mis abuelos se pasaron los últimos años de su vida ahorrando para construir un mausoleo a tiempo de ser enterrados en un lugar que sus ojos nunca verían por dentro. Alucinante. Los vivos erigen casas pero los muertos levantan templos.

3- Una ciega recibe un regalo: un cerdo. Para alimentarle, obliga a sus dos nietos a revolver en los basurales en busca de desperdicios. El cerdo será engordado para que la ciega pueda costearse una operación de ojos. El desarrollo de la historia es brutal. La resolución final, roza el terror puro. Y la metáfora es completamente redonda. La codicia engorda y se alimenta como un cerdo.

Una película que rebosa la fetidez de la verdad. Persistente. Con mensaje. Al hombre jamás debería permitírsele, por su propio bien, ser su propio destino. Pero, amén.
Neathara
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