El director indonesio favorito de Netflix se junta con Anggy Umbara, director de numerosas comedias, para traernos esta película de terror con algunas pinceladas cómicas que homenajea el clásico indonesio Sundelbolong (Sisworo Gautama Putra, 1981).

El espíritu de una mujer embarazada y asesinada busca venganza contra sus asesinos, que están decididos a acabar con ella para siempre.

Ya chirriante desde su inicio, la película en cuestión tiene, como viene siendo de costumbre con las películas de Rocky Soraya, unas malas interpretaciones que se suman a una dirección muy justa, acentuado todo en este caso al intentar añadir una comedia excesivamente boba y fuera de tono a la cinta. Debido a la forma elegida de orientar el film, este carece de toda intriga posible, ya que desde el primer minuto, Suzzanna: Buried Alive muestra todas las cartas sin guardar nada que añada algo de suspense durante el metraje, siendo completamente previsible, por lo que el excesivo metraje de 125 minutos aburre al espectador antes de llegar a su mitad. Tras las dos sufridas horas, la cinta termina con el final que se espera desde poco después de que esta empieze, dejando la sensación de haber perdido el tiempo.

Rocky Soraya firma, junto a Anggy Umbara, su peor film hasta la fecha, siendo una comedia de terror que no causará en ningún momento risa o miedo, y quedando como una cinta para nada recomendable.

-Nota personal 3/10