Basada en una novela escrita por la pareja Silvina Ocampo – Adolfo Bioy Casares, dirigida por Alejandro Maci, se ponen a prueba las relaciones amorosas, teñidas por los egos, celos, envidia, pasión y una tormenta de arena en la costa argentina que depara un encierro de los variados personajes en un hotel solitario.

Propietaria de una puesta más que óptima, una presentación precisa de personajes y grandes actos en el guión, esta película es un viaje que recorre, principalmente, la historia de amor entre un médico y una muchacha que nace irresistible y se revive en los interiores lujosos de un hotel costero.

El diseño de producción es totalmente espléndido, y le da un tono importante a la cinta. La fotografía es excelente y la dirección de Maci muy plausible. Las actuaciones, exceptuando el eximio caso del prestigioso Guillermo Francella, en alguien cálido pero frío a su vez, observador y meticuloso, apasionado y reprimido, solo destaca Marilú Marini, nunca desencajando en su interpretación y siendo fiel a su exquisitez actoral. Juan Minujín cumple favorablemente, al igual que Justina Bustos que cuenta con buenos momentos donde despliega capacidades artísticas interesantes. El rol de la joven enamorada de la confusión en el amor, Luisana Lopilato, me pareció flojo y desacertada la elección de la actriz. Se notan sus hilos, cuesta creerle. No obstante, lo que hace lo hace, dentro de todo, bien, porque no es que requiera de mucho su papel, pero pienso que, en la piel de otra persona, se habría logrado mucho mejor y los resultados habrían sido diferentes.

Tiene tensión, a partir y en consonancia con la estupenda banda sonora, que añade un factor de validación más y siempre aparece a la perfección. Hay mucho detalle en el guión, ya que es en base a una obra previa, aunque nada parece estar fuera de lugar. Hay un giro buenísimo que se ata al crimen y que, desde allí, se torna mucho más atractiva la propuesta al aguarde del descubrimiento. El final está muy bien, sin quitar que podría ser predecible si nos enfocáramos en pensar con detenimiento y no nos dejáramos llevar por la fluidez de la trama, y es por esto último que es una muy buena película, por su fluidez a pesar de su elaborada serenidad.

Calificación: 8