Prometía la serie, los nombres atraían con Emilio Aragón a la cabeza, en el reparto unos cuantos actores y actrices conocidos y con gancho. La premisa era difícil pero atractiva y el primer episodio no arranca mal.
Hasta aquí todo lo bueno que se puede contar de pulsaciones.
Confirme pasaban los episodios la dinámica era una cuesta abajo cada vez con mayor pendiente hasta ese final sonrojante que da vergüenza ajena.
Molesta la fraglante tomadura de pelo, la enorme perdida de tiempo y la estupidez con que resuelven el último capítulo, aunque ya se veía venir desde hacía ya bastante.
Todo era alargar una trama sin ton ni son, para llenar capítulos y colocar anuncios entre medio, pero por lo menos podían tener algo de vergüenza y acabar la serie, porque si esperan continuarla se van a quedar solos, este bodrio no da para llenar ni un minuto más. El final es digno de la sala de los horrores de las peores series de la historia, el sueño de Resines en los Serrano es una obra maestra comparado con ésto.
Hagan lo que se les ocurra pero no pierdan ni un segundo con esta bazofia.