Recordaba “Anno Domini” como una de las grandes superproducciones de mi infancia, por lo que decidí buscarla. Paradójicamente tuve que recurrir al emule porque me topé con la sorpresa de que está descatalogada, así que animo a encontrarla y visionarla (para que luego critiquen la “piratería”, que a veces puede servir también para preservar cultura). Aun así, sólo una copia grabada en VHS cuando TVE la emitió allá por los años 80.
Sería injusto dejar caer en el olvido esta magnífica serie por varias razones: En primer lugar, por contar con un guión riguroso firmado por los eminentes Anthony Burgess y Vincenzo Labella, el cual narra la situación de los primeros cristianos tras la resurrección de Jesús y durante los mandatos de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. Algunos dirán que no es más que una recreación religiosa de los Hechos de los Apóstoles hasta las muertes de Pedro y Pablo, pero no es cierto. Retrata perfectamente, además de la expansión del cristianismo, tanto los estamentos sociales y tradiciones hebreas como de la Roma de aquella época. Buena prueba de ello la encontramos en esa mezcla de realidad y ficción donde se cruzan los destinos de Valerio y Caleb, estableciendo el hilo conductor de la trama sin tergiversar para nada los acontecimientos puramente históricos.
En segundo lugar, “Anno Domini” es excelente desde un punto de vista artístico y estético: Grandes interpretaciones tanto de actores muy famosos como de casi desconocidos, una hermosa partitura en la banda sonora a cargo de Lalo Schifrin, una espléndida fotografía y, sobre todo, una cuidada puesta en escena. Me refiero con esto a que, pese a que los sucesos obligan a mostrar las torturas que sufren los mártires de la nueva creencia, no se cae en la facilidad de lo escabroso o demasiado violento.
Por último - y hablo desde mi perspectiva personal -, el mensaje profundo sobre el Amor profesado por Cristo me llegó mucho más en esta serie gracias a la humildad de Pedro a la hora de enseñar, que en todos los esfuerzos que realiza el catolicismo para captar feligreses. ¿Será porque la Iglesia de hoy en día, llena de lujos, riquezas, hipocresía y corrupción, no se parece en nada a la que nos presenta “Anno Domini”? Ahí lo dejo para que reflexione quien quiera.
Lo dicho, una serie prácticamente perfecta, a la que sólo puedo poner un par de notas negativas (ver spoiler)