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Voto de Luis Miguel:
9
8,5
101.640
Intriga. Comedia. Drama
Chicago, años treinta. Johnny Hooker (Redford) y Henry Gondorff (Newman) son dos timadores que deciden vengar la muerte de un viejo y querido colega, asesinado por orden de un poderoso gángster llamado Doyle Lonnegan (Shaw). Para ello urdirán un ingenioso y complicado plan con la ayuda de todos sus amigos y conocidos. (FILMAFFINITY)
3 de febrero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título de esta crítica no alude sólo a la casi misión imposible de arriesgar una estafa contra un mafioso que no se anda con chiquitas, sino a que cuando parecía complicado superar el éxito de "Dos hombres y un destino", el mismo trío lo consiguió con una película prácticamente perfecta en cuanto a guión, interpretación y un entretenimiento que no decae en ningún momento gracias a los constantes giros. Incluso si no eres un entendido del póker gozarás con la escena del tren, con un impagable y divertido Paul Newman. Por no hablar de la que da origen a todo el lío con Doyle Lonnegan, mediante el timo ideado por Robert Redford. Y luego está la fotografía, el vestuario, el montaje técnico, y por supuesto la música con esos rags tan dinámicos de Scott Joplin (por mucho que figure como compositor Marvin Hamlisch). Por todo ello es casi una obra maestra, de no ser por un pequeño detalle que hoy sería impensable con la información instantánea de internet (pero que en este contexto sí es creíble, ver spoiler).
La película que, sin duda, ha guiado el camino de otras del género.
Mi nota: 9,2
La película que, sin duda, ha guiado el camino de otras del género.
Mi nota: 9,2
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Quizá el aspecto que menos pulido queda es cómo J.J. logra anticiparse para conocer los caballos ganadores. No me quedó claro si está realizando la verdadera locución del cable que lee, porque intercepta antes la oficial de la Western Union. En aquellos tiempos, aunque todo fuera una invención, Doyle no podría enterarse en tiempo real del auténtico resultado y tampoco sospecharía si creyera que el garito de Henry era un local de apuestas.