28 de noviembre de 2009
26 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que decidí ver "Gilda" por 2ª vez, sólo por ver a Rita cantar "Amado mío" y, especialmente "Put the Blame on Mame". No sé por qué, esas trasnochadas melodías exótico-tropicales en la voz de la Hayworth, combinadas con sus más bien torpes pero, al mismo tiempo, sinuosos vaivenes, ejercen sobre mí una especie de efecto hipnótico-sensual.
Una perfecta encantadora de hombres.
El resto de la película no es gran cosa. La trama "negra" es totalmente superficial y los principales personajes masculinos (Glenn Ford y George McReady) no son los típicos "duros". Simplemente son de piedra y, por tanto, nada creíbles.
Incluso la famosa bofetada que Glenn Ford le arrea a Rita se ha ido convirtiendo con el tiempo en un cachete que casi pasa desapercibido.
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