Una joven investigadora que trabaja para una compañía farmacéutica descubre la existencia de una fórmula que podría revolucionar el mundo de la medicina y que la empresa habría ocultado deliberadamente durante años. Ella y su compañero arriesgarán sus vidas para dar a conocer al mundo este descubrimiento.

Normal que ni siquiera se hayan molestado en FA en añadir una sinopsis. Es tan mala que probablemente se encuentre entre las peores películas del 2014.

Como han leído, la historia como tal no es que sea muy original, pero al menos nos imaginamos a unos héroes rodeados de tramas conspiratorias, suspense, acción…., nada de nada.

De entrada, el carisma de sus protagonistas así como su credibilidad como actores es casi nula, con lo cual la empatía hacia ellos desaparece del todo, si es que en algún momento se llegó a atisbar algo de ella.

La historia se desarrolla dentro de un gran edificio que inexplicablemente es mucho más reducido y/o utilizado en su interior. En cualquier caso, una vez empezada la “acción”, nuestros protagonistas se verán perseguidos por un comando asesino contratado por la malvada compañía, dentro de las instalaciones, así que durante prácticamente tres cuartas partes de película, tocan idas y venidas de los unos y los otros por las contadas localizaciones del edificio, en algunas se encuentran y pelean, en otras juegan al escondite, en muchas actúan como subnormales y, en las menos, con cámara lenta para resaltar aún más la espectacularidad de la escena, hasta se disparan. Eso sí, para darle emotividad al asunto el director nos introduce, cada diez minutos, la tan manida figura de la analepsis.

El final es tan emocionante y abierto que no sabrás si nuestro “hipnótico” dúo protagonista acabará sobreviviendo o “palmará”. ¡Qué intrigante, joder!!

En definitiva, “The Cure” no es más que un producto televisivo de sobremesa, cargado de buenas (malas) intenciones y horribles consecuencias. Sí, y lo peor de todo es que me lo zampé enterito…