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España España · Barccelona
Voto de EL ALBATROS:
7
Musical. Comedia París, 1896. Aunque el descocado Can-Can ha sido prohibido, en el café de una encantadora mujer (MacLaine) se sigue bailando para deleite de sus clientes. Y puede hacerlo impunemente porque su astuto abogado (Sinatra) tiene a un juez corrupto (Chevalier) entre la espada y la pared. Pero el lucrativo negocio se va al garete, con la llegada de un nuevo juez (Jourdan), que decide prohibir definitivamente ese baile tan inmoral. (FILMAFFINITY) [+]
14 de marzo de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta comedia musical, llena de talento y buen gusto, reúne todos los requisitos del género en su esplendor: fantasía, elegancia, vitalidad y dinamismo. Goza de algunos números musicales de una deslumbrante belleza plástica, fue obviada en su momento por los premios Oscars, como ha ocurrido con tantas obras que no merecían tal desprecio. Es más, también observo que ha interesado solo a dos usuarios a la hora de escribir sobre ella, lo cual demuestra el escaso interés que tenemos sobre el musical americano en esta web, que solo es valorado si es premiado por la Academia, como ocurrió hace unos años con “La, La, Land”, que escribieron sobre ella hasta los que presumían de no haber visto en su vida un musical.

La versión que he visto en DVD, está restaurada con su Overtura e Intermedio musical, su metraje es de unos 130 minutos y nos muestra un genuino París recreado en Estudio que se sacude su apariencia teatral gracias a su inteligente argumento y portentosa fotografía en glorioso Cinemascope, que utiliza los espacios cerrados con su puesta en escena para crear una divertida trama, donde asistimos a la eterna diferencia de clases, la lucha de la libertad artística contra los prejuicios sociales, esas fuerzas vivas retrógradas que pretenden censurar el talento y el desafío a la hipocresía, todo ello mezclado con un triángulo amoroso, donde Frank Sinatra y Louis Jourdan cumplen con su papel sobradamente. Y si le añadimos las canciones memorables de Cole Porter (I Love Paris y C'est Magnifique), el resultado es un festín artístico excelente.

El número musical sobre Adán y Eva es deslumbrante, con la manzana de la perdición en el paraíso, su erotismo solapado, su coreografía atrevida e ingeniosa, me parece grandioso, a la altura del maestro Vincent Minelli. No olvidemos que Walter Lang había dirigido años atrás la deliciosa, “El rey y yo”, con Deborah Kerr y Youl Bryner. Shirley MacLaine está de Oscar (un año muy fértil para ella, ya que había actuado también en “El apartamento”, que fue la ganadora del Oscar ese año), canta baila y actúa de forma soberbia, además de su frescura, belleza y simpatía. El entrañable Maurice Chevalier está estupendo, en su papel de abuelete pícaro y juez protector de cierta apertura en las costumbres de aquel París decimonónico. En definitiva, creo que “Can-Can”, es una película a reivindicar de un género casi desaparecido, en lugar de malgastar nuestro valioso tiempo en sublimes y obscenas mediocridades.
EL ALBATROS
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