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Documental
Petitet es un gitano catalán que persigue un sueño. Exmúsico e hijo de uno de los ‘palmeros’ del mítico Peret, padece una rara enfermedad crónica que provoca altos grados de debilidad muscular. Pasados los cincuenta años de edad, quiere cumplir la promesa que le hizo a su madre antes de morir: llevar la rumba catalana a los escenarios de un gran teatro.
16 de junio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director Carles Bosch es un especialista en el mundo del documental, ya lo demostró con “Balseros” nominada al Oscar o “Bicicleta, cuchara, manzana” alrededor del ex presidente Pasqual Maraguell, enfermo de alzhéimer. Ahora nos presenta otro maravilloso trabajo.
La historia parte de una promesa, la que le hizo Joan Ximénez Petitet, a su madre justo antes de morir, le prometió que llevaría su rumba gitana a un gran teatro de Barcelona junto con una orquesta sinfónica. El documental nos va contando todo ese proceso.
El protagonista tiene una enfermedad denominada miastenia gravis, es una enfermedad neuromuscular que le impide seguir tocando, pero no por ello hará todo lo posible para reunir a un grupo de personas que consigan realizar su sueño.
El objetivo que tiene Petitet, es aparte de homenajear a sus padres (recordar que su padre fue palmero del mítico Peret), es perpetuar el recuerdo de los suyos y salvar la memoria y la cultura del barrio del Raval y de toda una generación y de todo un pueblo.
La película es preciosa, tiene una línea narrativa espectacular, es espectador queda rendido a la fuerza de los personajes y esta aventura provoca continuas emociones y queda claro que ninguna enfermad es más fuerte que la palabra de un gitano.
Lo mejor: La fuerza que transmite y el homenaje que hace a la rumba catalana
Lo peor: Que pase desapercibida por la cartelera.
La historia parte de una promesa, la que le hizo Joan Ximénez Petitet, a su madre justo antes de morir, le prometió que llevaría su rumba gitana a un gran teatro de Barcelona junto con una orquesta sinfónica. El documental nos va contando todo ese proceso.
El protagonista tiene una enfermedad denominada miastenia gravis, es una enfermedad neuromuscular que le impide seguir tocando, pero no por ello hará todo lo posible para reunir a un grupo de personas que consigan realizar su sueño.
El objetivo que tiene Petitet, es aparte de homenajear a sus padres (recordar que su padre fue palmero del mítico Peret), es perpetuar el recuerdo de los suyos y salvar la memoria y la cultura del barrio del Raval y de toda una generación y de todo un pueblo.
La película es preciosa, tiene una línea narrativa espectacular, es espectador queda rendido a la fuerza de los personajes y esta aventura provoca continuas emociones y queda claro que ninguna enfermad es más fuerte que la palabra de un gitano.
Lo mejor: La fuerza que transmite y el homenaje que hace a la rumba catalana
Lo peor: Que pase desapercibida por la cartelera.