La guapa es Ringu, la fea es Rasen, y por lo tanto nadie la conoce y aquellos que la conocen, no acaban de engancharse a ella, y es qué el peso de Ringu es demasiado pesado y las malditas comparaciones siempre estarán presentes.

Rasen, como alternativa a Ringu, tiene un buen planteamiento, un desarrollo más que prometedor, con actuaciones a la par de lo que se le pide, y por supuesto con un director, Lida, a la altura. Su problema radica que no deja de ser una película del género de calidad media, sin futuro, cortado por su homónima en primer lugar y en segundo por su final, que aunque deja una puerta abierta, es más complicada continuarla.

En fin, como película dentro del género es aceptable, y mucho mejor que tantas americanas de serie B, se disfruta, pero no deja de ser una película más del montón.