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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
8
Drama El gran general romano Titus Andrónicus regresa a Roma después de su victoriosa campaña contra los godos. Para celebrarlo, sacrifica a los dioses al hijo del caudillo vencido, ganándose así el odio eterno de Tamora, la madre del joven, que también es su prisionera. La hora de la venganza llega cuando el corrupto Saturninus es nombrado emperador y toma a Tamora como esposa. (FILMAFFINITY)
16 de agosto de 2009
31 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si habéis leído Tito Andrónico, pero, cuidado, os aseguro que no os dejará indiferentes. Nada, absolutamente nada que hayáis leído antes de Shakespeare se parece ni por asomo a esto. Aquí no hay poesía. Aquí no hay indagación en la psicología en los personajes; Shakespeare se niega a asumir su defensa: no están cegados por los celos, la ambición o por la ira; no tienen escusa: ni siquiera Tito. Aquí tampoco encontrarás hermosos monólogos sobre la absurdez de la vida y la miseria de la condición humana. Aquí tan sólo encontraras, en toda su crudeza, sin discursos que la contaminen y la dulcifiquen, la absurdez de la vida misma. Nada de palabras, sino actos: actos aborrecibles, inimaginables y espantosos. El más absoluto horror presentado ante tus ojos; la putrefacción y el tacto blando de los gusanos; la más desmedida crueldad e inmoralidad. La tortura, la violación, la mutilación, el canibalismo… Toda monstruosidad imaginable se plasma con minucioso, sádico e insoportable detalle en esta obra, la más bizarra, incomprensible y atormentada de cuantas escribiese. Una obra dramáticamente nula, que va saltando de atrocidad en atrocidad sin que un verdadero argumento llegue jamás a tomar forma, ambientada en una época histórica imposible: en una Roma crepuscular que, tal como se describe, jamás existió; por tanto, y quizás deliberadamente, atemporal.

En realidad, solo hay un tema en Tito Andrónico: la locura. Por supuesto, la comprensible locura que se va apoderando de Tito según descubre los monstruosos actos cometidos contra él y su familia, la locura de quien se ve superado por el más inimaginable horror y su peso hace que se resquebraje su razón. Pero, sobre todo, la locura del lobo humano, la que se manifiesta a través de su cotidiana mezquindad y su infinita crueldad: Jamás como en esta obra se ha mostrado con tanta crudeza aquello de que “La enfermedad mental es la reacción de un individuo sano ante una sociedad enferma”.

Pues bien, la adaptación de Julie Taymor es intachable y totalmente coherente con el pútrido espíritu de la obra. Si acaso, incluso peca de blandura; de haberla dotado de un ligero toque de humor negro del que el original carece. He leído que algún crítico se quejaba de que habían convertido a Shakespeare en un “espectáculo gore”. Ese pobre ignorante no sabe de lo que habla: lo mostrado transcribe muy tímidamente lo escrito.

En cuanto a la ambientación de la obra, que tanto parece haber irritado a algunos, a esa especie de estética de regusto fascista, me parece acertadísima y encaja muy bien con su atmosfera inhumana. Ya os lo he dicho: no hay verdaderas referencias históricas en la obra. Pero... aunque las hubiera, ¿acaso ha cambiado un ápice la naturaleza humana en los últimos cien siglos? ¿Sería tan disparatado ambientarla en el siglo XXII?

En definitiva, una dignísima adaptación de una de las obras más complejas y ominosas de la historia de la literatura.
Jinete nocturno
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