Es difícil alcanzar lo llamado perfección en cualquier ámbito técnico dentro del arte audiovisual, pero si esta obra no es la perfección lo roza notablemente. Como adaptación de la novela, podemos decir que es la mejor posible hecha, una animación bastante buena (Mejor de lo que esperaba de A-1 Pictures, que ha hecho bodrios notables en este aspecto) y una dirección bastante fiel excepto por un pequeño detalle que no nubla el juicio final.

Cualquier crítica sobre el argumento o los temas a tratar pasarían a ser parte de una crítica de la novela, pues la adaptación llega a este grado de fidelidad, pero hay que remarcar que trata temas dentro del trasfondo ético y filosófico que llevan a un desarrollo muy intenso, aunque no lo parezca, dando como resultado una historia que podríamos llamar uno de los máximos exponentes en las novelas japonesas, también en su adaptación animada.