Serie australiana que, rodada y estrenada en 2019, ofrece una visión futurista cercana que es inquietante porque anticipa muchas de las situaciones que nos han conmovido en los tiempos de pandemia y que adelanta lo que puede ser un futuro no muy lejano en una Tierra a la que estamos castigando demasiado.

Con una realización muy aceptable y con las interpretaciones ajustadas a las que nos tiene acostumbrados el cine británico, hace que nos creamos a los personajes y nos adentremos en sus incoherencias personales, algo que no suele ocurrir en las series españolas, donde los actores no entran en profundidad en la complejidad del alma humana.

Creo que es una serie entretenida e interesante, y, como siempre me ocurre, prefiero las series cortas con principio y final y no aquellas que se alargan indefinidamente según su éxito comercial.