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Voto de Aura Gar:
8
28 de noviembre de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta nos muestra, en 8 minutos, la relación de un padre y un hijo, Copi y Paste respectivamente, en medio de un tumulto de normas que impone el día a día. Alike quiere ser una metáfora del mundo actual. Un mundo regido por la rutina, lo corriente. Por jornadas escolares y laborales interminables. Por el lastre de un trabajo diario y el que porta cada alumno en esas mochilas, colmadas de conocimiento, pero vacías de creatividad, de pasión, de talento. Por la destrucción de la imaginación de los niños.
El cortometraje, está protagonizado por personajes asexuados y sin raza concreta. Ambientado en un lugar sin patria definida, universal. Exceptuamos a los protagonistas, Copi y Paste, quienes se diferencian por su color, el azul del padre y el naranja del hijo, colores que hacen pensar en el agua y en sol, ambos vitales para la vida. El hijo es un sol que brilla en el cielo de su padre haciendo el contraste con una ciudad tan nublada como impersonal. La música nos introduce en el corto, ya que sigue a los personajes principales y sus emociones, intensificándose con la felicidad de Paste y disminuyendo con la mutua tristeza de padre e hijo o cuando se suaviza en sus contactos íntimos, centrándonos en ellos.
“Alike” es una preciosidad de cortometraje, que ha conseguido ponerme los pelos de punta. Pues es también una reivindicación a las artes. Es decir, a la música, a las artes plásticas o, lo que es lo mismo, a la imaginación y la creatividad, a la ruptura de la rutina y de los convencionalismos.
“Alike” también me parece el abrazo sentido de un padre hacia un hijo. Un abrazo que le permite recuperar al final del día su color original, su espíritu infantil, el cual ha perdido entre montañas y montañas de papeles que representan el mundo adulto, lo peor de la burocracia.
“Alike” es un canto a la vida, un grito a la rebelión. Es una voz que clama a romper, aunque sea por un día, nuestra rutina para recuperar así la sonrisa, ese gesto que mueve y da color a este mundo.
El cortometraje, está protagonizado por personajes asexuados y sin raza concreta. Ambientado en un lugar sin patria definida, universal. Exceptuamos a los protagonistas, Copi y Paste, quienes se diferencian por su color, el azul del padre y el naranja del hijo, colores que hacen pensar en el agua y en sol, ambos vitales para la vida. El hijo es un sol que brilla en el cielo de su padre haciendo el contraste con una ciudad tan nublada como impersonal. La música nos introduce en el corto, ya que sigue a los personajes principales y sus emociones, intensificándose con la felicidad de Paste y disminuyendo con la mutua tristeza de padre e hijo o cuando se suaviza en sus contactos íntimos, centrándonos en ellos.
“Alike” es una preciosidad de cortometraje, que ha conseguido ponerme los pelos de punta. Pues es también una reivindicación a las artes. Es decir, a la música, a las artes plásticas o, lo que es lo mismo, a la imaginación y la creatividad, a la ruptura de la rutina y de los convencionalismos.
“Alike” también me parece el abrazo sentido de un padre hacia un hijo. Un abrazo que le permite recuperar al final del día su color original, su espíritu infantil, el cual ha perdido entre montañas y montañas de papeles que representan el mundo adulto, lo peor de la burocracia.
“Alike” es un canto a la vida, un grito a la rebelión. Es una voz que clama a romper, aunque sea por un día, nuestra rutina para recuperar así la sonrisa, ese gesto que mueve y da color a este mundo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Cuando el reloj da las ocho, sus jornadas terminan, y el padre a lo largo del día ha ido perdiendo su tonalidad azul, para quedar de un color grisáceo, mortecino. El hijo sale buscando a su padre y corre a abrazarle en cuanto lo ve, quitándose la mochila. En el momento del abrazo, Copi recupera su color azul mientras esboza la primera y única sonrisa del día. Estas jornadas se repiten a lo largo del corto. Parada frente al violinista debajo del arbol, jornada interminable en la oficina y en la escuela, reencuentro. Pero Paste cada vez es menos creativo, pues va perdiendo su color, su esencia, y empieza a acatar las normas, dejando así de ser el niño alocado e imaginativo que es. Hasta que llega el día en que cuando se acerca a su padre, en lugar de darle un abrazo, le da la hoja de caligrafía correctamente completada, con un lapicero corriente.
Su padre ya ha dejado de recuperar el color, ya que su hijo no es feliz, y decide que la felicidad es más importante. Por ello realiza un acto insólito que arranca una sonrisa a su hijo y le devuelve su esencia naranja. Y por ende el recupera a suya.
Su padre ya ha dejado de recuperar el color, ya que su hijo no es feliz, y decide que la felicidad es más importante. Por ello realiza un acto insólito que arranca una sonrisa a su hijo y le devuelve su esencia naranja. Y por ende el recupera a suya.