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Voto de burton:
8
24 de septiembre de 2006
38 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
No contento con estrenar en aquel año de 1957 su archiconocida y obra maestra "Testigo de Cargo" y su deliciosa e inolvidable "Ariane", Wilder estrenó también una obra menor aunque no exenta de méritos artísticos y comerciales como fue el "Héroe solitario", basada en la obra autobiográfica del aviador e ingeniero estadounidense Charles Lindbergh; "Lindbergh: mi vuelo transoceánico", quien fue el primero piloto en cruzar el oceáno atlántico sin escalas y con un avión monoplano de un sólo motor...
Un personaje bastante polémico en su época, sobre todo por sus reconocidas filias con el nazismo y los "partos selectivos"... algo que según cuenta la leyenda, supuso la negativa para el papel del actor en quien se pensó desde un principio John Kerr...
Lo cierto es que recibió bastantes palos el día de su estreno por parte de una crítica que le echó en cara la falta de profundidad en el perfil psicológico del personaje principal... algo que reconoció en parte el propio Wilder y que achacó al excesivo y rígido encorsetamiento del relato autobiográfico...
La película es una obra bastante bien hilvanada aunque dadas las mastodónticas dimensiones del proyecto, es inevitable que algunos aspectos relevantes se escapen al habitual control milimétrico del cineasta austríaco...
Concebida como una narración de aventuras, quedan excluídas las honduras psicológicas de un personaje al que se representa como un incansable aventurero ávido siempre de nuevas emociones...luchador de unos ideales que según él, transformarían la navegación aérea para siempre, y la comercial en particular...ya que por aquel entonces la incipiente era de la navegación aérea estaba limitada al correo postal y a diversas pruebas infructuosas hasta el momento en el campo del tráfico de pasajeros y mercancías...
Stewart atraviesa parajes inevitables como Nueva Escocia, San Juan o Terranova... hasta llegar a las costas de Irlanda ya en terreno europeo y finalmente a París...paisajes magníficamente retratados por la cámara en color de Robert Burks y J. Peverell, y una correcta banda sonora de nuevo a cargo Franz Waxman que en ese mismo año ya había compuesto "Ariane"...
Antes, viene el duro proceso de buscar patrocinadores para tal concurso...es como las típicas novelas de Julio Verne sólo que narradas desde la genial perspectiva del mago Wilder...
No es una obra maestra e incluso al final se hace un poco pesada, pero cuando finalmente el piloto aterriza en el campo de Le Bourget en París, nos sentimos miembros de esos 200000 franceses que le aclaman entre vítores o de esos 4 millones de compatriotas que le esperan allende el atlántico...
E N T R E T E N I DA Y C U R I O S A.
Un personaje bastante polémico en su época, sobre todo por sus reconocidas filias con el nazismo y los "partos selectivos"... algo que según cuenta la leyenda, supuso la negativa para el papel del actor en quien se pensó desde un principio John Kerr...
Lo cierto es que recibió bastantes palos el día de su estreno por parte de una crítica que le echó en cara la falta de profundidad en el perfil psicológico del personaje principal... algo que reconoció en parte el propio Wilder y que achacó al excesivo y rígido encorsetamiento del relato autobiográfico...
La película es una obra bastante bien hilvanada aunque dadas las mastodónticas dimensiones del proyecto, es inevitable que algunos aspectos relevantes se escapen al habitual control milimétrico del cineasta austríaco...
Concebida como una narración de aventuras, quedan excluídas las honduras psicológicas de un personaje al que se representa como un incansable aventurero ávido siempre de nuevas emociones...luchador de unos ideales que según él, transformarían la navegación aérea para siempre, y la comercial en particular...ya que por aquel entonces la incipiente era de la navegación aérea estaba limitada al correo postal y a diversas pruebas infructuosas hasta el momento en el campo del tráfico de pasajeros y mercancías...
Stewart atraviesa parajes inevitables como Nueva Escocia, San Juan o Terranova... hasta llegar a las costas de Irlanda ya en terreno europeo y finalmente a París...paisajes magníficamente retratados por la cámara en color de Robert Burks y J. Peverell, y una correcta banda sonora de nuevo a cargo Franz Waxman que en ese mismo año ya había compuesto "Ariane"...
Antes, viene el duro proceso de buscar patrocinadores para tal concurso...es como las típicas novelas de Julio Verne sólo que narradas desde la genial perspectiva del mago Wilder...
No es una obra maestra e incluso al final se hace un poco pesada, pero cuando finalmente el piloto aterriza en el campo de Le Bourget en París, nos sentimos miembros de esos 200000 franceses que le aclaman entre vítores o de esos 4 millones de compatriotas que le esperan allende el atlántico...
E N T R E T E N I DA Y C U R I O S A.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
En 1927, en el hotel Garden y a menos de un kilómetro del campo Roosevelt en NY, el piloto norteamericano de origen sueco Charles Augustus 'Slim' Lindbergh (James Stewart) aguarda en su dormitorio custodiado por su amigo y presidente de la Ryan Airlines Inc.,Frank Mahoney (Bartlett Robinson) la inminente salida hacia territorio europeo en la carrera por ser el primer piloto en cruzar sin escalas el océano atlántico..
Durante toda la cinta Slim (J. Stewart) no para de retrotraerse mediante recuerdos a modo de flash backs de innumerables anécdotas que en algunos casos fueron vitales para el desarrollo de los acontecimientos y que en otros los insertó Wilder para amenizar la trama...
Lo cierto es que la primera hora y seis minutos de metraje Slim se la pasa en ensoñaciones y recuerdos de cuando buscaba desesperadamente un patrocinador para su empresa... primero en la Columbia de NY, y más tarde en la Ryan de San Diego... donde finalmente le confeccionaron en 63 días aquel mítico avión bautizado como "El espíritu de San Louis"...
Y fue de San Louis, Missouri, porque allí vivía Slim y de allí se captaron los fondos económicos sufragaron la costosa empresa...
Así pues, en una desvencijada nave de San Diego y con un molesto perro en medio y el olor a pestosa y aceitosa fritura de pescado fue donde se construyó aquel monoplano de un sólo motor que con un peso de 425 galones de gasolina partió triunfante para París...33 horas y 33 minutos de vuelo...
En medio, un sinfín de anécdotas y recuerdos de un simpático Slim (pese a las críticas, ya que no se aprecian ni por asomo las tendencias filo-nazis... y sí la avidez aventurera)...; como aquel simpático comerciante de tirantes en el tren, el cura Hussman y su figura protectora de San Cristóbal... el alocado piloto de acrobacias y sus numeritos en conjunto por el país... su intercambio de una moto por un avión... esa mosca cojonera a bordo del monoplano...o aquella señorita que le prestó un espejo de bolsillo desde donde poder observar la brújula a bordo...
Una divertida y entretenida historia a lo "Cinco semanas en globo" de Verne...
Durante toda la cinta Slim (J. Stewart) no para de retrotraerse mediante recuerdos a modo de flash backs de innumerables anécdotas que en algunos casos fueron vitales para el desarrollo de los acontecimientos y que en otros los insertó Wilder para amenizar la trama...
Lo cierto es que la primera hora y seis minutos de metraje Slim se la pasa en ensoñaciones y recuerdos de cuando buscaba desesperadamente un patrocinador para su empresa... primero en la Columbia de NY, y más tarde en la Ryan de San Diego... donde finalmente le confeccionaron en 63 días aquel mítico avión bautizado como "El espíritu de San Louis"...
Y fue de San Louis, Missouri, porque allí vivía Slim y de allí se captaron los fondos económicos sufragaron la costosa empresa...
Así pues, en una desvencijada nave de San Diego y con un molesto perro en medio y el olor a pestosa y aceitosa fritura de pescado fue donde se construyó aquel monoplano de un sólo motor que con un peso de 425 galones de gasolina partió triunfante para París...33 horas y 33 minutos de vuelo...
En medio, un sinfín de anécdotas y recuerdos de un simpático Slim (pese a las críticas, ya que no se aprecian ni por asomo las tendencias filo-nazis... y sí la avidez aventurera)...; como aquel simpático comerciante de tirantes en el tren, el cura Hussman y su figura protectora de San Cristóbal... el alocado piloto de acrobacias y sus numeritos en conjunto por el país... su intercambio de una moto por un avión... esa mosca cojonera a bordo del monoplano...o aquella señorita que le prestó un espejo de bolsillo desde donde poder observar la brújula a bordo...
Una divertida y entretenida historia a lo "Cinco semanas en globo" de Verne...