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Voto de burton:
9
6,8
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Drama
Retrato de un grupo de adictos a la heroína que vagabundea por el "parque de la aguja" en la ciudad de Nueva York. Una de las películas preferidas por el propio Al Pacino de toda su carrera. (FILMAFFINITY)
15 de enero de 2007
42 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la confluencia de Broadway con la calle 72, en la conocida como plaza Sherman, los yonkis y adictos al letal caballo (la heroína), se reunían diariamente en aquella zona conocida por ellos como Needle Park (parque de la aguja), para inyectarse y hacer acopio de todos los ácidos lisérgicos, tóxicos y nocivos que les hicieran olvidar de manera artificial las penas de un mundo que sentían que no les pertenecía, algo así como lo descrito por Antonio Vega en la canción que mejor retrata la marginalidad de estos desheredados, la espléndida "Lucha de gigantes".
Jerry Schatzberg, traslada a la gran pantalla y con la colaboración en las lides de guionistas de Joan Didion y John Gregory Dunne, la obra epónima de James Mills que supuso además la puesta de largo de uno de los más grandes en la historia del séptimo arte, el señor Al Pacino, que aunque dos años antes había estrenado su ópera prima en el "Yo, Natalia" de Fred Coe (1969), no fue hasta el estreno de esta meláncolica y depresiva película cuando dio a conocer al mundo entero sus innegables y descomunales dotes artísticas en la interpretación de personajes de una compleja hondura psicológica.
En esta tremenda historia sobre el mundo de la droga en la inmensidad de la ciudad de NY, Schatzberg crea un ambiente sórdido y deprimente como corresponde al mundo retratado.
Narrada de forma correcta aunque sin ningún tipo de alarde ni artificio, la fotografía en su mayor parte de interiores (pues normalmente los desesperados yonkis se inyectaban su casi siempre adulterada morralla en el interior de la casa de cualquier colega), cuando no suerte de solución híbrida intravenosa de nuez moscada, betún o cualquier droga industrial recetada por cualesquiera médico o veterinario con morfina de por medio.
...Y en el camino, cuando venían épocas de abstinencia, el pánico se adueñaba del Parque de la Aguja, pues los yonkis se convulsionaban ante la estridente llegada del mono puñetero, aquel que les llevaba a cometer actos impúdicos, deshonrosos y poco decorosos a ellas, y violencia inusitada y descontralada a ellos...cuando no colaborar con la poli de narcóticos chivando el nombre de cualquier capullo de los grandes..."Un yonki siempre canta...".
Un descenso a las profundidades de un proceloso mar de no retorno, porque el personaje de Bobby (Al Pacino) se ve arrastrado por la marea del desamparo (tal vez también del paro, ¿por qué no?... aunque ésto sea más discutible), y en el desesperado intento por agarrarse a la superficie y no sucumbir, se lleva con él el alma cándida de una mujer sin oficio ni beneficio y que pasaba de paso,Helen (Kitty Winn)...
Un mareante y lisérgico paseo por este difícil camino hacia lo desconocido...porque a buen seguro la muerte para los vivos sigue siendo aún un misterio inescrutable...
"¡Dios ayude a Bobby y a Helen!".
R E C O M E N D A B L E Y D I D Á C T I C A.
Jerry Schatzberg, traslada a la gran pantalla y con la colaboración en las lides de guionistas de Joan Didion y John Gregory Dunne, la obra epónima de James Mills que supuso además la puesta de largo de uno de los más grandes en la historia del séptimo arte, el señor Al Pacino, que aunque dos años antes había estrenado su ópera prima en el "Yo, Natalia" de Fred Coe (1969), no fue hasta el estreno de esta meláncolica y depresiva película cuando dio a conocer al mundo entero sus innegables y descomunales dotes artísticas en la interpretación de personajes de una compleja hondura psicológica.
En esta tremenda historia sobre el mundo de la droga en la inmensidad de la ciudad de NY, Schatzberg crea un ambiente sórdido y deprimente como corresponde al mundo retratado.
Narrada de forma correcta aunque sin ningún tipo de alarde ni artificio, la fotografía en su mayor parte de interiores (pues normalmente los desesperados yonkis se inyectaban su casi siempre adulterada morralla en el interior de la casa de cualquier colega), cuando no suerte de solución híbrida intravenosa de nuez moscada, betún o cualquier droga industrial recetada por cualesquiera médico o veterinario con morfina de por medio.
...Y en el camino, cuando venían épocas de abstinencia, el pánico se adueñaba del Parque de la Aguja, pues los yonkis se convulsionaban ante la estridente llegada del mono puñetero, aquel que les llevaba a cometer actos impúdicos, deshonrosos y poco decorosos a ellas, y violencia inusitada y descontralada a ellos...cuando no colaborar con la poli de narcóticos chivando el nombre de cualquier capullo de los grandes..."Un yonki siempre canta...".
Un descenso a las profundidades de un proceloso mar de no retorno, porque el personaje de Bobby (Al Pacino) se ve arrastrado por la marea del desamparo (tal vez también del paro, ¿por qué no?... aunque ésto sea más discutible), y en el desesperado intento por agarrarse a la superficie y no sucumbir, se lleva con él el alma cándida de una mujer sin oficio ni beneficio y que pasaba de paso,Helen (Kitty Winn)...
Un mareante y lisérgico paseo por este difícil camino hacia lo desconocido...porque a buen seguro la muerte para los vivos sigue siendo aún un misterio inescrutable...
"¡Dios ayude a Bobby y a Helen!".
R E C O M E N D A B L E Y D I D Á C T I C A.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Marco (Raul Julia) es un pintor bohemio que vive con su novia Helen (Kitty Winn), también bohemia de bocetos al natural, en un pequeño apartamento de Nueva York. A Marco no le gustan nada los compromisos, es por eso que su novia discute a menudo con él...
Marco además tiene dudosas aficiones con respecto al mundo de la droga, a la cual accede casi siempre de la mano de su amigo Bobby (Al Pacino), un pobre diablo que habita en la miserabilidad de Needle Park (parque de la aguja), donde los yonkis acuden diariamente a chutarse la dosis cotidiana...
Bobby ha puesto el ojo en Helen, así que un día, aprovechando que Marco se ha marchado sin avisar a Helen, acude en su búsqueda y salen a dar una vuelta por los alrededores...Comienzan una relación de pareja en donde ella se ve extrañamente atraída por la peculiar y vagabunda forma de vida de Bobby, quien siempre anda trapicheando heroína de acá para allá con sus amigos Chico (Kiel Martin), Sammy (Warren Finnerty) ó Marcie (Marcia Jean Kurtz)...y siempre ante la atenta mirada de aquel policía de narcóticos, el detective Hotch (Alan Vint), siempre al acecho camuflado en su escarabajo color crema, esperando la llegada de la sequía en la distribución, que indujera aquel famoso pánico en el drogadicto y les hiciese cantar los nombres de algún pez gordo del mundo del hampa...”Un yonki siempre acaba cantando...”...
Poco a poco Bobby y Helen van cayendo más y más casi sin darse cuenta en el proceloso mundo de la drogas...Un Bobby que empieza por decir a Helen que el controlaba la situación y...Pero Helen también cae y llegará incluso a prostituirse con la aprobación de Bobby para conseguir la dosis diaria...Bobby, a quien su hermano Hank (Richard Bright) un ladrón de poca monta intenta sacar del abismo fracasa una y otra vez a la hora de desengancharse de aquel peligroso vagón...
Patética la imagen donde tras comprar un perro como impulso definitivo para llevar a cabo sus sueño de pareja, vivir en una granja en el campo, ambos regresan en vapor de Nueva Jersey a NY y en el camino y por una fatal negligencia pierden al perro por la borda...
Finalmente y tras varios intentos infructuosos, el detective Hotch consigue que Helen “venda” a Bobby a la poli para poder capturar a un pez gordo para el que Bobby trabaja, Santo (Vic Ramano)...
Al salir de la cárcel, al final de la película, Helen le está esperando...tras unos segundos de duda es el propio Bobby quien le anima a seguirle con un revelador “vamos”...
¡Qué Dios ayude a Bobby y a Helen...!.
Marco además tiene dudosas aficiones con respecto al mundo de la droga, a la cual accede casi siempre de la mano de su amigo Bobby (Al Pacino), un pobre diablo que habita en la miserabilidad de Needle Park (parque de la aguja), donde los yonkis acuden diariamente a chutarse la dosis cotidiana...
Bobby ha puesto el ojo en Helen, así que un día, aprovechando que Marco se ha marchado sin avisar a Helen, acude en su búsqueda y salen a dar una vuelta por los alrededores...Comienzan una relación de pareja en donde ella se ve extrañamente atraída por la peculiar y vagabunda forma de vida de Bobby, quien siempre anda trapicheando heroína de acá para allá con sus amigos Chico (Kiel Martin), Sammy (Warren Finnerty) ó Marcie (Marcia Jean Kurtz)...y siempre ante la atenta mirada de aquel policía de narcóticos, el detective Hotch (Alan Vint), siempre al acecho camuflado en su escarabajo color crema, esperando la llegada de la sequía en la distribución, que indujera aquel famoso pánico en el drogadicto y les hiciese cantar los nombres de algún pez gordo del mundo del hampa...”Un yonki siempre acaba cantando...”...
Poco a poco Bobby y Helen van cayendo más y más casi sin darse cuenta en el proceloso mundo de la drogas...Un Bobby que empieza por decir a Helen que el controlaba la situación y...Pero Helen también cae y llegará incluso a prostituirse con la aprobación de Bobby para conseguir la dosis diaria...Bobby, a quien su hermano Hank (Richard Bright) un ladrón de poca monta intenta sacar del abismo fracasa una y otra vez a la hora de desengancharse de aquel peligroso vagón...
Patética la imagen donde tras comprar un perro como impulso definitivo para llevar a cabo sus sueño de pareja, vivir en una granja en el campo, ambos regresan en vapor de Nueva Jersey a NY y en el camino y por una fatal negligencia pierden al perro por la borda...
Finalmente y tras varios intentos infructuosos, el detective Hotch consigue que Helen “venda” a Bobby a la poli para poder capturar a un pez gordo para el que Bobby trabaja, Santo (Vic Ramano)...
Al salir de la cárcel, al final de la película, Helen le está esperando...tras unos segundos de duda es el propio Bobby quien le anima a seguirle con un revelador “vamos”...
¡Qué Dios ayude a Bobby y a Helen...!.