Porque esa idea de colocar a una mujer blanca que viajando por ahí se acaba liando con individuos de cualquier raza menos la suya la hemos visto como tropecientas veces, hasta incluso de la misma nacionalidad que en "El teniente otomano", como en "La pasión turca" (1994). Pero hablando de ideas ya sabemos de dónde han sacado la suya los de la serie "Tiempos de guerra" (2017). ¿Os suena lo de chica pija que como va de adelantada a su tiempo y feminista se hace enfermera pese a la oposición de sus conservadores padres, viaja a un país exótico para trabajar y allí, pero sin buscarlo, encuentra el amor en los brazos de un nativo? Cambiamos la Primera Guerra mundial por la del Rif, Estados Unidos por España, Turquía por Marruecos, los años diez por los veinte y al turco por el moro y ¡voilá! Que si fuera mal pensado, que lo soy, diría que al final lo que les importa a las defensoras de la igualdad de sexo es encontrar un buen macho con el que vivir un apasionado romance interétnico. Claro que la emancipación de la mujer no es ninguna broma y a la postre hay que pagar un alto precio (ver el SPOILER).

Pero volviendo a "El teniente otomano", tampoco es un desastre total. Por ejemplo, los paisajes son bonitos, la protagonista, la islandesa Hera Hilmar, es mona o la moda de los años de la Primera Guerra Mundial es atractiva, por ejemplo, esa cinta de cintura que lleva usualmente ella. Pero por otro lado es una obra fría y adocenada que se muestra tan previsible que uno puede adivinar todos los pasos desde que empieza. Aunque desde otro punto de vista, la película es aún peor. Señores, eso es lo que tiene de rodar en Turquía, que como hay que complacer a los que mandan, damos un relato falso y como hay mucho trapo sucio, la mentira se vuelve gravemente insultante. De este modo, presentamos a los pobres armenios como rebeldes y criminales bandidos, a los rusos como brutales invasores, cuando fue Turquía la que atacó a Rusia, y a los otomanos como unos caballeros. Para Joseph Ruben la guerra es algo muy malo pero como no tiene sentido no hay agresores, ni responsables, ni países o grupos que se defienden, sino que la gente muere sin saber quién las mata. Así el genocidio armenio es negado vilmente.