Según parece, la presente "General Commander" es la última película de Steven Seagal, que se ve que se ha tomado un año sabático en este 2020 o a lo mejor es que se retira, que tiene ya 68 años y ya le toca al menos para los géneros en los que se mueve. Sea como fuere, lo que tenemos aquí es una cinta muy floja, de escasa acción y desarrollo facilón. Lo más interesante es que toca un tema un poco tabú, que es el tráfico internacional de órganos. ¿Quién no recuerda aquella leyenda urbana de chico conoce a chica se van a casa, beben, se duerme y cuando se despierta lo hace en un bañera para descubrir horrorizado que le han robado un riñón o el hígado?

Dicho esto, "General Commander" no solo es mala de por sí, sino porque se entrega sin ningún tipo de rubor a ese cine actual en el que las mujeres son siempre unas tías muy chulas, duras y poderosas. En el equipo de Seagal hay tres y además tres hombres, paridad ante todo, pero luego la que los dirige de la CIA y un capo de la mafia rusa son tías. En fin, esta concesión al feminismo moderno no sólo queda ridícula por irreal sino que además aquí se adorna con unas poses de "soy muy chunga", unas escenas de acción y unas biografías, todo increíblemente falso que es que me he estado riendo un buen rato. Por lo menos, la filipina Mica Javier es mona.