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Voto de Sandro Fiorito:
7
Drama. Thriller Atormentada por ciertos hechos y dominada por una creciente ansiedad, la joven Martha abandona una secta y se va a vivir con su hermana Lucy y con Ted, el marido de ésta. Intenta adaptarse al estilo de vida de la clase media-alta, pero acosada por constantes pesadillas, no le resulta nada fácil. Mientras asume su soledad, la paranoia y los recuerdos comienzan a resquebrajar su existencia. (FILMAFFINITY)
19 de abril de 2012
46 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Absorbente, fría, extraña e incómoda por momentos. Película y protagonista comparten una descripción que se convierte en sensaciones transmitidas al público, que tiene la oportunidad de vivir la decadencia psicológica del rol interpretado por una contundente Elizabeth Olsen. La dirección opta por elegir un ritmo pausado y una fotografía apagada para encuadrar la tristeza y desolación que provoca su argumento, que nos cuenta la historia de Martha, una joven que escapa de una secta inclasificable para volver con su hermana y comprobar si es posible retomar una vida normal después de haber sido sometida a todo tipo de absurdas e increíbles experiencias. Esas vivencias irán ofreciéndose a través de diversos flashbacks perfectamente montados.

“Martha Marcy May Marlene” (que se rodó en 20 días) logra superar la prueba de querer hacer sentir lo que vive su protagonista con toda la fuerza que puede desprender una persona derrumbada, invitándonos a dar un paseo a través de su descolocada mente y así comprobar su distorsionada percepción de la vida, claramente afectada por la confusión que arrastra desde que abandonó la secta. Esta lucha por la reinserción atraviesa algunas escenas tan incómodas como agobiantes por lo deprimente de las mismas. Encuentro, lamentablemente, una duración excesiva de su metraje, que bien pudiera haberse acortado media hora para contar exactamente lo mismo y así ahorrar ciertas dosis de aburrimiento. Si bien su atmósfera tan apagada concuerda perfectamente con las sensaciones que debe hacernos llegar su historia, no se aleja mucho de la fina línea que separa lo sosegado de lo tedioso.

La interpretación de Elizabeth Olsen (primera experiencia en el cine junto a “Silent House“, estrenada en el mismo festival que esta película) demuestra madurez y credibilidad, pues con una mirada describe prácticamente todo lo que pasa por su cabeza, y su actitud deja ver que está completamente entregada a su personaje. John Hawkes (“Winter’s Bone“, 2010) está sencillamente prodigioso como el sodomita líder de la secta, ofreciendo no sólo una buena interpretación sino también la ejecución de un tema extraordinario que canta y toca durante una de las escenas, el “Marcy’s Song”. La banda sonora, compuesta por Daniel Bensi y Saunder Jurrians, no es demasiado llamativa pero sí muy cumplidora e idónea para acompañar esta desapacible historia que no será trascendente por todo su conjunto o su discutible desenlace, pero sí por ese análisis que hace comprender hasta qué nivel puede llegar una mente herida y cuán de incomprensible puede ser esta no sólo para quienes rodean a la persona afectada sino para la propia persona que explora esos miedos y sensaciones abstractas.
Sandro Fiorito
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